Los cultivadores de marihuana, la semilla viva de todo el movimiento cannábico de Argentina ha vuelto a las calles. “Somos usuarios, no somos narcos”, gritó una multitud que los organizadores estimaron en 5.000 personas y se dirigió desde Plaza de Mayo al Congreso, monumento al cinismo tras la sanción de la ley que permite el consumo de aceite de cannabis, pero dejó librado a la acción de un Estado obtuso la provisión del mismo. La movilización contó con la presencia de Nora Cortiñas, una de las fundadoras de la organización Madres de Plaza de Mayo, línea fundadora.
La ecuación entre la necesidad de los niños (y de todo aquel que tenga ganas de consumir) y la falta de respuesta oficial es el autocultivo, que en Argentina sigue penado con hasta 15 años de prisión, lo mismo que un homicidio.
Rosana Zappia, de la organización civil Jardín del Unicornio, dijo al portal Infobae: “Cultivar te aleja de todos los riesgos asociados a comprar un producto adulterado como es la marihuana prensada que viene por el narco desde Paraguay, y de la violencia asociada al hecho de ir a comprarle a un dealer. Cultivando ves el producto y lo desarrollás y sabes qué consumís. Se supone que la ley de drogas protege la salud pública, pero obliga a la gente a ir a negociar con narcos. Si cultivás combatís eso”.
“Tenemos una ley que no sirve para nada”, sintetizó Gimena Formosa, referente de Mamá se Planta, una de los grupos de madres que impulsaron el debate que terminó en la fallida ley. “Necesitamos el aceite y no vamos a dejar de cultivar. La planta es una sola. Hablamos de fumar, del aceite, todo de alguna forma es medicinal. Tengo a Sofía y a Valentina que no están bien, están internadas porque no les llegó el aceite a tiempo. No le tenemos miedo a nada”, agregó.
“Lo que se pide es la regulación para todos los usos y en esta marcha pedimos por ‘el porrito’. Mandan gente a prisión por una elección personal. El efecto lo elegimos nosotros, como otras personas se toman una copa de vino. El boom del cannabis medicinal tiene una ley que no ayuda a nadie y somos los cultivadores los que abastacemos”, afirmó Zappia.
Muchas detenciones por autocultivo
Uno de esos cultivadores detenidos es Diego Gómez, conocido como “el negro V8”, y a quien la policía le encontró, tras la denuncia de un vecino, 20 plantas. Estadísticas oficiales hablan de 15.000 detenidos por mes, por cultivar plantas o apenas tener drogas en su poder. Personas que, como le ocurre a Gómez, tienen que atravesar una absurda detención con causas dibujadas de las cuales casi ninguna llega a juicio. Afrontar costes de abogado, en muchos casos perder el empleo o tener que cerrar el comercio e ir a la quiebra.
“La única justificación es que entraban y salían personas de la casa, que teníamos 56 frascos vacíos y una balanza, que en realidad usamos porque fabricamos cerveza artesanal. Diego no tiene antecedentes y le dictaron prisión preventiva”, contó su novia Ana Sánchez, respecto de la decisión del juez Diego Olivera Zapiola.
Por Rama
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