Unos 150.000 millones de dólares dando vueltas por el mundo cada año es la causa por la que Argentina apuesta por el cannabis.
La tradición agraria argentina es bien conocida en todo el mundo. Sobre todo en lo que tiene que ver con trigo, maíz y, sobre todo, vacas.
Sin embargo, en el octavo país más grande del mundo hay lugar para todo: frutas, flores de corte, peces, minería, energías renovables y, por supuesto, marihuana.
Es por ello que Argentina apuesta por el cannabis en forma decidida y, al parecer, expeditiva.
Así lo consigna Sputnik en una nota donde da cuenta del sueño de una industria cannábica que, ahora, llega al Congreso de Argentina.
Por lo dicho, son varios los que opinan que el país sudamericano lo tiene todo para triunfar y es por eso que Argentina apuesta por el cannabis y puede llegar a ser un gran candidato en la región.
También creen que llegó el tiempo para sacar todo el potencial a un mercado emergente como lo es el del cannabis medicinal y el cáñamo industrial.
Lo que resta saber es si lo hace a tiempo, y si sabrá aceitar mecanismos productivos que ya muestran grietas en otras actividades, en otros productos exportables.
Con todo, Argentina se prepara para tramitar con rapidez un proyecto de ley que desarrolle esta industria.
También, esperan, siente las bases para la expansión de un sector hasta ahora limitado a fines experimentales.
Es por ello que un plenario de comisiones en el Senado debatirá la iniciativa que presentó hace apenas dos semanas el Gobierno que preside Alberto Fernández.
A la reunión acudirá el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que ha puesto el rostro en defensa de este proyecto, ahora que Argentina apuesta por el cannabis.
Argentina apuesta por el cannabis y la libertad
El Gobierno argentino busca crear un marco regulatorio para producir, industrializar y comercializar el cáñamo industrial y el cannabis medicinal y terapéutico.
Esto incluye la investigación científica y, por ello, constituirá la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame).
“Venimos de muchas décadas de prohibición, siendo un cultivo que se erradicó después de la dictadura (1976-1983), así que apenas quedan registros históricos de las compañías que producían cáñamo industrial para extraer fibras”, planteó a Sputnik el presidente de la Cámara Argentina de Cannabis (Argencann), Pablo Fazio.
El avance de la tecnología en las últimas cinco décadas plantea un escenario muy distinto, como los bienes de capital y la tecnología aplicada que intervienen en el procesamiento del cáñamo.
Sin embargo, Argentina cuenta con una ventaja: es un país agroexportador y goza de una estructura previa armada para conquistar, no sólo los dólares del cannabis, sino también otros más grandes como los de la soja, el maíz y el girasol.
Es gracias a su sistema tecno-productivo pero también a las agencias estatales que contribuyen a su progreso.
Las más importantes son el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
La capacidad tecnológica que posee el país puede ser el terreno idóneo en el que aunar lo académico y lo científico en pos de desarrollo productivo.
Y, claro, también para atraer dólares del cannabis.
Argentina apuesta por el cannabis: la historia
La sanción de la ley de cannabis medicinal en 2017 fue la primera ventana que abrió la política argentina para reconocer lo que ya ocurría por afuera de lo establecido.
Tres años y medio después, en noviembre de 2020, el Gobierno reglamentara otra parte de la legislación.
La que autorizaba la investigación científica del cannabis y el autocultivo para usos terapéuticos.
En ese momento también habilitó a las farmacias a dispensar aceites extraídos de la planta.
Hoy existen 22 iniciativas provinciales y 80 municipales relacionadas con el cannabis.
Hay cursos de capacitación para profesionales de diversas áreas, incluso una universidad, la de Quilmes, que brinda una cátedra sobre el nuevo marco regulatorio.
Solo el Conicet y el INTA tienen más de 25 proyectos de investigación.
“Las posibilidades de éxito pasan por tener una regulación de vanguardia y que haya una coordinación de todas las agencias del Estado”, señala Fazio.
La Cámara que preside este empresario reúne a 139 emprendedores y Pymes (Pequeñas y medias empresas).
“Somos la representación de esos encadenamientos que queremos que sucedan”, añade.
El Gobierno parece ser consciente del camino que tiene por delante y no quiere perder el tiempo.
En dos semanas, el ministerio tuvo listo el proyecto de ley, que presentó el 3 de junio, en una clara muestra de que Argentina apuesta por el cannabis.
El texto ingresó al Congreso y en menos de 24 horas le fueron asignadas las comisiones que ahora debatirán la propuesta.
“Es que no hay mucho tiempo”, advierte Fazio.
“Avanzar en esto significa romper con paradigmas. Si vamos a vivir con los antiguos e interpretar todo de manera restrictiva, será difícil porque habrá que derribar obstáculos”.
“A veces no alcanza con hacer las cosas bien, hay que hacerlas oportunamente. Hacer las cosas bien 10 años más tarde no tiene mucho sentido”, opina.
Argentina apuesta por el cannabis de una vez por todas
Si bien Argentina apuesta por el cannabis esto no significa que no deba apresurarse.
Al contrario, la consolidación de una cadena productiva que esté perfectamente ensamblada es requisito indispensable para no llamar al desastre.
El Estado, en esta coyuntura, debe ser un “gran facilitador”, dice Fazio.
“Al margen del uso terapéutico y medicinal, el gran mercado está en los otros usos del cannabis: en el uso en alimentos, en bebidas, en suplementos dietarios, en el empleo de la biomasa del cáñamo para usos industriales”, revela el dueño de Pampa.
En la cristalización de una matriz productiva virtuosa debe prepararse el desarrollo de la materia prima, al tiempo que se preparan los bienes de capital que permitirán abastecer el mercado interno.
El presidente de Argencann aboga por un esquema gradual en la otorgación de licencias ahora que Argentina apuesta por el cannabis.
“Si la política acompaña la regulación y el Estado se convierte en un gran facilitador, estoy seguro que desde el sector privado van a recoger con entusiasmo la oportunidad”.
“Y que Argentina se puede transformar en un jugador relevante. Tenemos todo para hacerlo”, asegura Fazio.
La creación de más de 10.000 empleos, ventas en el país por unos 500 millones de dólares anuales y exportaciones por otros 50 millones son el escenario económico que el Gobierno vislumbra para 2025.
Con todo se puede decir que Argentina apuesta por el cannabis.
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