Por Miguel Gimeno.- El mar y los ríos han servido a la humanidad como fuente de infinitos recursos, y como no podía ser menos también de la agricultura. Las algas y otras plantas marinas, así como los deshechos de la industria del pescado han sido utilizados como material de origen para elaborar abonos y otros tipos de agro-productos.
Para conocer los inicios del uso de algas como fuente de nutrientes para las plantas tenemos que remontarnos al siglo XIX, donde era habitual que los aldeanos de poblados marítimos recogieran algas arrastradas por la marea para incorporarlas a sus tierras de cultivo como enmienda orgánica. Ya en los inicios del siglo XX comienza a desarrollarse una industria especializada en el manejo de algas, por medio del secado y la molienda. El descubrimiento de los abonos químicos de síntesis conllevó el debilitamiento de la industria hasta hacerla casi desaparecer. Hoy gracias al auge y popularidad que está adquiriendo la agricultura ecológica, la industria de abonos de algas está viviendo un segundo renacer. La limitación del desarrollo de esta industria viene dada por el coste del secado y transporte, por lo que a día de hoy casi se limita su uso a las zonas costeras. Junto con la comercialización de productos ecológicos de origen natural en forma de abonos, fitofortificantes y bioestimulantes y biofitosanitarios, también han irrumpido en el mercado diversos productos elaborados a partir de extractos de algas marinas y microalgas. Actualmente hay empresas en el mercado que están desarrollando líneas de biofertilizantes de última generación, empleando procedimientos novedosos de obtención y formulación a partir de algas y microalgas. Los productos son totalmente ecológicos, y se obtienen a partir de extractos de microalgas verde-azules y de mezclas puras de extractos de algas marinas.
Estos biofertilizantes de origen marino se comportan como estimuladores de alta eficacia en el crecimiento vegetal. Llegan a aportar a nuestras plantas diversas sustancias indispensables para un desarrollo correcto, como son oligosacáridos, fitohormonas naturales, oligoelementos que son bioasimilables en su forma natural, aminoácidos, oligoelementos (magnesio, potasio, zinc, hierro, nitrógeno),…. Estas sustancias potencian el sistema inmunológico de las plantas y su capacidad de resistir ante adversidades climáticas como el estrés hídrico y las altas o bajas temperaturas, al tiempo que favorecen la asimilación de nutrientes y otros componentes activos. Los verdaderos culpables de la efectividad de los extractos elaborados a partir de algas son los oligosacáridos, que son un tipo especial de azúcares que se hayan presentes en la pared celular de las algas. Este azúcar es el encargado de accionar el sistema inmunológico de las plantas.
En la universidad chilena han realizado estudios en los que se ha llegado a la conclusión que es de vital importancia el fomentar el uso de algas en la agricultura ecológica. Han comprobado que al realizar aplicaciones con algas y derivados en las tierras de cultivo, los enzimas que estas contienen provocan o activan en él reacciones de hidrólisis enzimáticas catalíticas reversibles, reacciones que resultan imposibles ya que no hay ser alguno incluidos vegetales que residan en el suelo y que sean capaces de realizar este tipo de reacciones. Además liberan de forma lenta el nitrógeno lo que reduce la pérdida de este nutriente por lixiviación, y además son ricas en microelementos. De forma resumida, cabe pues afirmar que tanto las algas como sus derivados mejoran la fertilidad del suelo, aumentando así la vigorosidad de las plantas, con el consiguiente incremento de la producción y calidad de los cogollos.
¿Porqué son tan beneficiosas para los cultivos?
Las algas están compuestas principalmente de cuatro tipos de componentes: coloides, aminoácidos y nutrientes minerales, azúcares, y fitohormonas. En un principio se abogó por señalar a los elementos traza que lo contenían como los posibles causantes de su fitoactividad. Posteriormente en los años 80 se comprobó que determinadas substancias que contenían las algas, como son el manitol y el ácido algínico, tenían cualidades quelatantes lo que contribuían en la mejora de los cultivos a la hora de absorber y transportar los nutrientes. Recientemente, se le atribuye a las fitohormonas que contienen el poder de la fitoactividad. La mayoría de productos presentes en el mercado elaborados a base de algas y derivados presentan en su composición a los 2 grupos de hormonas más influyentes en el crecimiento de las plantas como son las citoquinias y las auxinas. En las algas frescas se ha detectado también la presencia de giberelinas, lo mismo que ocurre con las betaínas, muy similares en función a las citoquininas. Y como ya hemos indicado antes, tras estudios recientes parece ser la presencia de oligosacáridos la responsable de mejorar la transcripción genética en los procesos de división y multiplicación celular, así como en la activación y reforzado de los mecanismos de defensa de las plantas. Todo ello no hace más que reforzar los motivos por los que utilizar productos derivados de algas en nuestros vergeles cannábicos. Es gracias, pues, a su elevado contenido en fibra, macro y micronutrientes, aminoácidos, vitaminas y fitohormonas vegetales por lo que las algas han sido muy usadas en el campo como acondicionador del suelo. Su contenido en minerales las convierten en un fertilizante útil y una fuente de oligoelementos.
Algas más comunes usadas en agricultura
A continuación vamos a nombrar algunas de las especies de algas a las que podemos recurrir como fuente de enmienda orgánica de nuestros cultivos.
· Ascophyllum nodosum (=Fucus Nodosus). Es un alga que crece en el Atlántico Norte. Le gusta estar fijada a rocas en lugares calmados y es frecuente en desembocaduras de ríos. Es la especie de alga más estudiada y aplicada dentro de la agricultura, y los extractos elaborados a partir de ella son los más bio-activos de todos los subproductos álgicos. En su composición hay presentes fitorreguladores naturales (citoquininas, auxinas y giberelinas), aminoácidos, hidratos de carbono y múltiples nutrientes (N, P, K, Fe, Mn, Ca, S, Zn, B, Cu,…).
· Fucus serratus. Este alga contiene manitol, sorbitol, polisacáridos, ácido acrílico, carotenoides, lípidos, derivados bromados, fenoles…
· Laminaria Cloustoni. Es un alga que pertenece al grupo de algas pardas, como la A. Nodosum. Esta alga es rica en sales minerales de yodo, sodio, potasio, sílice y calcio. También contiene glucósidos (sobre todo laminaria), mucho mucílago, manitol y polisacáridos diversos, y vitaminas A, B, C, D y E. Tiene una acción remineralizante, vitamínica y estimulante del metabolismo general de las plantas, y también contiene sustancias antibióticas.
· Lithothamnium Calcareum. Es un alga de cubierta calcárea con un alto contenido en minerales sobre todo Calcio, Hierro y Magnesio. Favorece el desarrollo de las bacterias nitrificantes además de mejorar el intercambio iónico en el suelo, y como su apellido indica “Calcareum” contiene bastante Calcio por lo que no es recomendable su uso en suelos calcáreos.
Otros subproductos del mar usados como enmienda orgánica de los suelos
· Harina y Emulsión de Pescado. Tanto la harina como la emulsión son ricas en Nitrógeno, al tiempo que presentan un contenido en otros elementos básicos bastante equilibrado. Funciona bien como abonado de fondo.
· Conchas Marinas. Las conchas de los animales marinos se pueden utilizar como enmienda de Calcio después de haber sido trituradas. Han de usarse en superficie, aunque dada su lenta descomposición es probable que actúe después de haber pasado un año desde que fue incorporado al suelo. También se pueden añadir al montón de compost.
· El Polvo de Diatomeas que son esqueletos fosilizados de algas procedentes de agua dulce y salada, contiene bastante elementos básicos.
· El famoso Kelpo de la Patagonia, es el más completo de los preparados a base de algas, contiene más de 60 elementos en forma quelatada. Facilita y acelera el enraizamiento de esquejes además de mejorar el desarrollo de las plantas en todos sus estadíos.
· Las coralinas, Algas rojas calcificadas conocidas como “Maërl”, presentan un elevado contenido en carbonatos, y se usan además de como acondicionadores de suelo, para corregir el pH en suelos ácidos, aportando a su vez, numerosos elementos traza.
· Patenkali. Proviene de depósitos salinos naturales. Es rica en Potasio (30%), Magnesio (10%) y Azufre (17%), además de pequeñas cantidades de otros elementos como el Silice. Mejora a los suelos con problemas de salinidad. Se puede utilizar en la preparación del terreno en casos de floración deficiente de la cosecha anterior.
Por Miguel Gimeno
One Response
Hay, que emoción, le dan demaciada importancia!!! MMAARRIICCAA…..