El diputado Elvis Balbuena, del PLRA, ha convocado para hoy a organizaciones civiles e interesados a una audiencia pública en la sede del Congreso para discutir su borrador de proyecto de ley sobre la legalización de la marihuana. Lo aplaudimos por su iniciativa. Podemos tener opiniones distintas sobre este tema tan polémico y tabú, pero no podemos permitirnos simplemente seguir ignorándolo y evadiéndolo. El Paraguay no es, ni mucho menos, un convidado de piedra en este asunto. Es uno de los mayores productores mundiales de marihuana, un hecho que es preciso reconocer y aceptar. Las instituciones de la República y la sociedad en general tenemos el deber de despojarnos de prejuicios y abordar la cuestión con valentía y madurez.
Según el último Reporte Mundial de Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en el Paraguay se producen anualmente 5.900 toneladas de hierba de cannabis, un 15 por ciento de la producción estimada a nivel global, lo que convierte al país en el segundo proveedor mundial detrás de México.
La estadística se puede cuestionar, no así el hecho. Está claro que la producción de marihuana en el Paraguay está lejos de ser marginal. El país evidentemente sirve de plataforma a verdaderas mafias que dirigen desde aquí su principal cadena de suministro de cannabis a la región. Brasil, Argentina, Chile y Uruguay declaran que la mayor parte, si no toda, de la marihuana que se consume dentro de sus territorios proviene del Paraguay.
¿Qué hacer con esta situación? Muchos sostienen que hay que persistir en el combate. Aun dejando de lado los vigorosos argumentos en contra de la probadamente fracasada “guerra a las drogas”, el Paraguay no tiene ni tendrá los medios para intervenir en esta guerra con alguna mínima chance. Si Estados Unidos gasta 45.000 millones de dólares al año sin éxito, ¿qué se podría esperar del Paraguay? Los resultados están a la vista.
La otra opción es partir de la realidad y comenzar a pensar en la legalización, como propone por ejemplo el diputado Balbuena o los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, César Gaviria y Ernesto Zedillo, que lideran la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, y muchísimas personalidades de círculos políticos, intelectuales y académicos de nuestra región y del mundo.
La legalización no eliminaría el problema del consumo, pero, conocidas públicamente sus verdaderas dimensiones, lo circunscribiría al ámbito que le corresponde, que es el de la prevención y la salud pública. En cuanto al narcotráfico y la feroz criminalidad que se mueve a su alrededor, al quitársele el mercado negro en el que se siente tan cómodo y abrir espacio para la competencia legal, se quedaría sin su principal ventaja comparativa y se iría debilitando.
Como lo reconoce el mismo Balbuena, estas son decisiones que probablemente el Paraguay no pueda tomar unilateralmente, en buena medida porque es signatario de convenios multilaterales que están por encima de la ley nacional. Pero existe una cada vez más fuerte y amplia corriente que impulsa, específicamente, la legalización de la marihuana y no es descabellado pensar que pronto habrá novedades en ese sentido.
El Paraguay tiene que estar preparado y participar activamente en este proceso, que le compete directamente. Por eso, es una excelente ocasión para discutir este espinoso pero importantísimo asunto la audiencia pública convocada para hoy en la sede del Congreso, para que quienes tengan interés en opinar sobre la iniciativa hagan oír sus argumentos, ya sea a favor o en contra de la misma.
Fuente ABCDigital