Hace 48 años se prohibió, a nivel mundial, el consumo de cannabis. Ahora, varios países latinoamericanos se replantean su política contra el uso de esa hierba. El debate recae sobre la marihuana.
En pleno siglo XXI el consumo de marihuana a nivel mundial se ha duplicado en comparación con el siglo pasado. En Uruguay, en plena campaña para las elecciones presidenciales, varios candidatos sentaron su postura a favor de legalizar el consumo de esta hierba.
Mientras tanto, en Argentina se espera el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que va a declarar inconstitucional varios artículos de la ley 23.737, que castiga la tenencia de estupefacientes para uso personal.
Asimismo, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia (conformada por los ex presidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, de Colombia, César Gaviria, y de México, Ernesto Zedillo) hace un mes pidió la descriminalización de la tenencia de marihuana para su uso personal y el “cambio de paradigmas” en el combate a las drogas.
No fumarás, origen de la penalización del consumo
A pesar de que en el mundo la gente ha fumado marihuana por miles de años, la costumbre solo llegó a los Estados Unidos a principios del siglo XX. Momento en que apareció, en el sudoeste del país, una oleada de mejicanos en busca de trabajo.
Para estos peones pobres, fumar marihuana era una manera de relajarse luego de un arduo día de trabajo en el campo. Sin embargo, los estadounidenses no apreciaban demasiado a esos extranjeros y sus extrañas costumbres. Se rumoreaba que la marihuana daba a los mejicanos fuerzas sobrehumanas y los trasformaba en sangrientos asesinos.
Una tarde de 1914 en El Paso, Texas, tejanos blancos fueron supuestamente atacados por un mejicano que “enloqueció por la hierba asesina”. Rápidamente el ayuntamiento de El Paso aprobó una Ley prohibiendo el cultivo, importación y uso de la marihuana, convirtiéndose en el primer lugar en los Estados Unidos que prohibió el cannabis.
En vez de tratar la adicción a las drogas como un tema de salud pública, el gobierno estadounidense puso el control de las drogas en las manos del Departamento del Tesoro el cual, el 12 de Agosto de 1930, creó el Federal Bureau of Narcotics (La Oficina Federal de Fiscalización de Estupefacientes).
Dicha agencia quedo bajo la conducción de Harry Jacob Anslinger, quien estuvo 32 años ininterrumpidos en ese cargo. Anslinger rápidamente se dio cuenta que patrullar 48 estados con un presupuesto débil en tiempos de la Gran Depresión era imposible. Como solución trató de convencer a los estados de controlar el tráfico de droga local. Pero sólo 9 estados firmaron, los otros 39 lo vieron como interferencia federal.
Mientras tanto, el consumo de marihuana en los Estados Unidos cada día se hacía más popular a través de los jazzistas afro-americanos, como Cab Calloway, un importante músico de scat que junto a su orquesta de jazz, la más popular de su país durante los años 30 y 40, tenía una canción titulada “Have you ever seen this funny reefer man?” (¿Has visto alguna vez a ese divertido hombre del porro?).
De esta forma, en 1937 sin debates públicos, averiguaciones científicas y objeciones políticas, el presidente Franklin Delano Roosevelt firma la “Marijuana Tax ACT” (Ley del Impuesto sobre Marihuana). Dicha Ley prohibía la posesión de marihuana en los Estados Unidos sin un sello de impuestos del Departamento del Tesoro. Pero mencionada dependencia no emitía sellos, haciendo a la marihuana efectivamente ilegal.
La primera persona condenada fue Samuel R. Caldwell, un hombre de la cuidad de Denver de 58 años de edad, al que sentenciaron a 4 años de trabajos forzados en Leavenworth. Sin embargo, el alcalde de Nueva York, Fiorello Henry La Guardia, era desconfiado a creer que la marihuana causaba asesinatos, violaciones y la destrucción de la juventud norteamericana.
Queriendo llegar a datos certeros, Fiorello le encomendó un estudio a un grupo de treinta y un científicos imparciales. En 1944, el reporte del Comité de Marihuana La Guardia titulado “The marihuana problem in the City of New York” (El problema de la marihuana en la ciudad de Nueva York), afirmó que fumar marihuana no llevaba a comportamientos violentos o antisociales; no causaba deseos sexuales incontrolables; no alteraba la estructura básica de personalidad. De esta forma se refutaba cada efecto negativo alegado por Harry Jacob Anslinger.
A pesar de estas pruebas, en 1951 el Congreso de los Estados Unidos aprueba la “Boggs Act” (Ley Bogg) que incrementó drásticamente las penas por posesión y ordenó sentencias mínimas obligatorias. En 1956 se sanciona la Narcotic Control Act (Ley de Control Narcóticos) la cual puso a la marihuana a la par de la heroína y la hizo padecer de las mismas penalidades.
Ampliando su horizonte, Anslinger acudió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), bajo la Single Convention on Narcotic Drugs 1961 (Convención sobre Drogas 1961) y, utilizando la influencia de Estados Unidos para persuadir a más de 100 países, se prohibió la marihuana en todo el mundo.
En 1963 Harry Jacob Anslinger fue gratificado por el presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy como “un ciudadano distinguido por su esfuerzo denodado para combatir el tráfico ilegal de narcóticos”.
Cultivando nuevas ideas
Hasta el día de hoy, algunos países europeos han logrado despenalizar el consumo de marihuana. Aunque no ha podidos legalizar por completo la droga porque los tratados internacionales se los impiden, como es el caso de Holanda.
En Uruguay, el 25 de Octubre se llevarán acabo las elecciones presidenciales, en donde varios candidatos han manifestado su propuesta de despenalizar el consumo de marihuana. En el Frente Amplio (FA), el precandidato Marcos Carámbula abrió la polémica al afirmar que la marihuana es menos nociva que el humo del cigarrillo y que la decisión de tomarla corresponde a “la libre elección de cada ciudadano”.
Asimismo, otro de los precandidatos del FA, el senador Danilo Astori, acordó con la Juventud Socialista (partido que propone la legalización de la marihuana) que, si llega a la presidencia, planteará la conformación de un gabinete joven, integrado por cuatro personas menores de 35 años, que ya estén trabajando en el sector público, en ministerios o empresas del Estado. (Ver: “Uruguay se metió de lleno en campaña electoral”. APM 28/03/2009)
Este gabinete estaría coordinado por el Instituto Nacional de la Juventud. Entre los temas de la agenda juvenil que proponen Astori y los socialistas, se encuentra el de las drogas, la salud sexual y reproductiva, el empleo juvenil y la falta de igualdad de género.
Por otro lado, el candidato opositor del Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle, señaló su discrepancia para legalizar la droga si bien consideró que se podría habilitar en ciertos casos con fines terapéuticos.
Desde el Partido Colorado, el precandidato Luis Hierro López declaró al diario El Espectador que si bien su posición es favorable a la despenalización, expertos a los que consultó le señalaron que no es conveniente, por lo que mantendrá la legislación vigente si es elegido presidente.
Otro país latinoamericano donde está planteado el debate es en Argentina. El año pasado, el Ministerio de Justicia y Seguridad llevó a cabo la Encuesta Nacional sobre prevalencias de consumo de sustancias psico-activas. En oportunidad de la presentación de ese trabajo, la presidenta Cristina Fernández pidió la despenalización del uso personal de drogas y profundizar la lucha contra el narcotráfico.
La mandataria consideró que no hay que “condenar al adicto” y afirmó que “los que deben ser perseguidos no son los que consumen sino los que venden las sustancias”.
Sumado a esto, dentro de los próximos dos meses se espera el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, acerca del uso personal de estupefacientes. Sólo resta saber que posición asumirá el presidente del tribunal, el Doctor Ricardo Lorenzetti. De sumarse a la visión de la mayoría, se declararían inconstitucionales varios artículos de la ley 23.737, que castiga la tenencia para uso personal de estupefacientes.
Esta postura consistiría en reemplazar la sanción penal por la asistencia médica y optimizar así los recursos de la justicia para investigar y condenar a los vendedores de estupefacientes. Al mismo tiempo, varias Cámaras de apelaciones adoptaron esta posición que cuenta con el apoyo de muchos jueces.
Un ejemplo de ello, es la Sala Primera de la Cámara Federal de la Ciudad de Buenos Aires declaró, en tres casos, la inconstitucionalidad parcial del artículo 14 de la ley 23.737, que castiga la tenencia simple de estupefacientes para consumo personal.
Para los jueces firmante, este artículo constituye “una irrazonable restricción de la libertad personal y menoscabar el libre acceso del derecho a la salud”. El juez Jorge Ballestero sostuvo en su voto que el segundo párrafo de ese artículo estipula una “irreconciliable pugna con el artículo 19 de la Ley Fundamental”, que sostiene que “las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados”.
De la misma forma, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, presentó a principios de año el documento Drogas y Democracia, en el cual se apoyan en tres grandes directrices. En primer lugar, tratar el consumo de drogas como una cuestión de salud pública; en segundo, reducir el consumo mediante acciones de información y prevención; en último lugar, focalizar la represión sobre el crimen organizado.
Por otro lado, el informe anual del 2008 sobre drogas de la Junta Internacional de Estupefacientes, órgano encargado de fiscalizar la aplicación de los tratados de la ONU sobre drogas, estipuló que el consumo de marihuana se cuadruplicó en Europa, Estados Unidos, América latina y el Caribe. (Ver: “Seguridad, ingerencia externa y dominación estadounidense”. APM 02/03/2006)
Finalmente, esta nueva tendencia que se está dando en los países latinoamericanos marca que la penalización por el consumo de esta hierba, es errónea y completamente ineficaz. Reconsiderando ha esta droga -consumida por millones de personas- como un problema de salud pública y no un crimen.
De esta forma, se estaría efectuando lo que anticipó el alcalde de Nueva York, Fiorello Henry La Guardia en 1937 “lo que se debe hacer es abolir una ley que no se puede cumplir, una ley que la gente del país no quiere que se haga cumplir”.
Fuente Kaosenlared.net
5 Responses
legalizenla¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
por favor legalizanla ya es hora, ya que la mayoria somos buenas personas y por la simple portacion de la yerba santa nos convierte en delicuentes espero en realidad la legalizacion…
legalizenla no sean ortivas
Legalizacion para toda la nacion pedimos desde colombia.
la ignorancia d la gente impide q se legalice, como lo q dijo larrañaga q era una puerta de entrada hacia la pasta base, y no se debia despenalizar, este tipo de pensamientos equivocos y autoritarios que ademas ignora las libertades individuales es lo que no permite q se legalice, y en mi opinion es una muestra d un problema mucho mas serio… NO HAY LIBERTAAAAD somos hormiguitas obedientes de gobernantes reprimidos que transmiten a la sociedad su retrogradesss!