La ola de legalización del cannabis en EEUU ha cambiado la imagen de empresas que antes eran clandestinas y ahora se convierten en marcas elegantes.
Un artículo publicado recientemente por Chicago Tribune da cuenta de esta suerte de purgatorio del que se valen muchas firmas que antes trabajaban en las sombras.
Así como ha pasado con otras legislaciones de corte social, como el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo, un marco jurídico aporta normalización en la cultura.
Para mucha gente en el mundo, lo que es legal es, también, lo correcto, olvidando muchas cosas que fueron tan legales como abominables como la esclavitud.
En ese grueso de las sociedades, el cannabis comienza a ser una buena palabra a partir de los proyectos de ley que se sancionan en ese sentido.
Y ya no esa maldita droga por la que fueron señaladas -y encarceladas- millones de personas durante décadas.
Aunque muchos de esos todavía siguen sufriendo el estigma y los maltratos y detenciones por usar una planta milenaria.
EEUU: empresas tienen mejor suerte que personas gracias al cannabis
Los negocios de cannabis en Estados Unidos se han transformado de empresas clandestinas a marcas elegantes en cuestión de años.
Esto fue gracias a un cambiante panorama de las regulaciones y los negocios.
La mayoría de los estados de EEUU tienen ahora alguna forma de marihuana legal, ya sea medicinal o recreativa.
En la actualidad, el mercado del cannabis en EEUU está valuado en 33.000 millones de dólares, de acuerdo con un análisis de la firma de investigaciones Grand View Research.
Se pronostica que esa cifra crecerá a 84.000 millones para 2028.
Pero aunque el mundo del cannabis sigue expandiéndose, la industria sigue siendo mayoritariamente blanca y difícil de acceder.
Sobre todo para las personas de color y del colectivo LGBTQ.
Un sondeo en 2017 del Marijuana Business Daily reveló que 81 por ciento de los dueños y fundadores de negocios de cannabis eran blancos.
La proporción de dueños y fundadores hispanos era de 5,7 por ciento, mientras que 4,3 por ciento eran negros y apenas 2,4 por ciento eran asiáticos.
En otro nivel, las comunidades de color siguen siendo castigadas en forma desproporcionada por delitos relacionados con la marihuana.
Las personas negras tienen un riesgo 3,6 veces mayor de ser arrestados por posesión de marihuana, indica un reporte del 2020 de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Y durante la crisis del VIH/Sida, el cannabis fue uno de los pocos tratamientos que aliviaba el dolor de los pacientes, lo que llevó a la comunidad LGBTQ a promover su legalización en EEUU.
Esas experiencias son el contexto para los esfuerzos actuales en favor de igualdad y un espíritu emprendedor en la industria.
“Tenemos una oportunidad única para que la gente haga capitalismo consciente”, dijo Felicia Carbajal, activista de cannabis y directora ejecutiva del Social Impact Center.
La organización sin fines de lucro provee oportunidades para comunidades marginadas.
Carbajal dijo que mientras más personas de color y LGBTQ participen, “podemos forzar a la industria a cambiar y encontrar algunos valores”.
Para Carbajal, eso significa crear oportunidades iguales y proteger a las personas de prácticas abusivas de negocios, explotación y participación simbólica.
Por otra parte, para entrar en la industria de cannabis, es necesario definir qué tipo de trabajo quieres hacer y que es lo que te motiva.
“Entiende lo que ofreces”, dijo JM Balbuena, fundador de Synergy, una firma consultora de cannabis en California.
“Si puedes identificar un problema en el espacio y ofrecer una solución con tus capacidades únicas y replicarla con otras compañías, puedes crear una compañía viable”.
Empresas de EEUU buscan personas que amen la planta
El hecho de que tus habilidades sean transferibles no garantiza qué eres el adecuado para esta industria del cannabis que vive en cambios vertiginosos.
Aquellos que triunfan tienen dos factores principales de impulso:
Por un lado, una pasión por la planta de cannabis.
Por el otro, tener un por qué, dice Gracie Morgan, directora de operaciones para MedLeaf Delivery, una compañía de entregas de marihuana en Oceanside, California.
“Tan atractiva y fresca como es la industria, esta requiere constantes cambios de dirección” para seguir el paso de las cambiantes regulaciones y condiciones del mercado, dijo Morgan.
“Las personas que pasan trabajos para cambiar de dirección usualmente no duran más de tres años en la industria”.
“Para tener éxito, es realmente importante identificar tu ‘por qué’ más allá de algo monetario”.
Las carreras en cannabis no están limitadas a poseer un dispensario o trabajar en ventas.
Hay numerosas oportunidades complementarias, como empleados en contabilidad, mercadotecnia y reclutamiento.
Para ese tipo de trabajo uno puede empezar lanzando su propia consultoría o sumándose a una ya existente.
Esos empleos tienden a tener barreras más bajas para el ingreso de personas de comunidades marginadas, porque no requieren el mismo proceso costoso de licencias que negocios ser en contacto más directo con la marihuana, como los dispensarios.