La iluminación es uno de los pilares más importantes a la hora de cultivar cannabis en interior. Es el sustituto artificial del Sol y responsable directo de todo el crecimiento de tus plantas y sus etapas.
En definitiva, es el factor principal para hacer realidad el poder realizar un cultivo y de una buena elección dependerá el resultado final.
Dependeremos de diferentes factores, entre ellos, bombilla, balastro, reflectores, adaptadores, paredes con material reflectante, información genética de la planta (que dependiendo de sus orígenes tendrá diferentes necesidades lumínicas), y diversos factores que podremos medir y tratar de la manera óptima y necesaria para poder optimizar nuestro cultivo.
Tipos de iluminación para el cultivo interior
Actualmente, conviven 4 diferentes tipos de iluminación, aunque en unos años todo hace indicar que se reduzcan a simplemente dos.
CFL
CFL es el acrónimo de compact fluorescent lamp o compact fluorescent light. Son las tan típicas lámparas fluorescentes compactas tan empleadas en los hogares en sustitución de las viejas bombillas de tungsteno y hasta la llegada de las bombillas LED. Comúnmente también se conocieron con el nombre de bombillas de bajo consumo.
Independientemente de si se trata de una bombilla o una barra fluorescente, en los cultivos cuentan con la ventaja de que consumen muy poco y duran mucho. Pero entre los inconvenientes, destaca la poca cantidad de lúmenes que ofrecen, una media de 58 por w, y que cada vez son más difíciles de encontrar.
Esto hace que como alternativa para la fase de floración no sea muy recomendada por los pobres resultados que se obtienen. Pero, en cambio, para el mantenimiento de plantas madre y enraizado de esquejes, muchos cultivadores las siguen prefiriendo por delante de los LEDS.
Halogenuros metálicos / Vapor de sodio
Son lámparas de alta intensidad que aunque diferentes, muestras ciertas compatibilidades. Las lámparas de halogenuros o haluros metálicos (HM o MH) se usan exclusivamente en fase de crecimiento. Y las lámparas de vapor de sodio (HPS) son más apropiadas para la fase de floración, aunque también existen lámparas HPS mixtas que sirven para los dos ciclos.
Este tipo de iluminación necesita un balastro para poder funcionar, compatible con lámparas tanto como haluros metálicos como de vapor de sodio.
Sus ventajas hoy en día se resumen a únicamente su precio, ya que todo el conjunto de lámpara, balastro y reflector para un espacio de cultivo de 100×100 cm costará menos de 100 euros.
Las desventajas es que el consumo eléctrico es muy elevado, el calor que generan estos equipos es muy alto y que, definitivamente, se han quedado obsoletos.
Durante unos 20 años fue la única iluminación digna, con rendimientos en cultivos optimizados que en el mejor de los casos podían llegar a 1 g/W. Es decir, 400 gramos por m² de cultivo con 400W de potencia. También han marcado los estándares en cuanto a iluminación, hoy en día también anticuados.
Iluminación LEC
Son un tipo de lámparas de alta presión. LEC es el acrónimo de Light Emitting Ceramic, aunque dependiendo del fabricante pueden denominarse también CMH o CDM.
Estas lámparas son similares a un haluro metálico, pero con la diferencia de que es sustituido el cuarzo por un tubo de arco cerámico como el que se emplea en las lámparas de vapor de sodio. Y al igual que las lámparas de haluros metálicos y de vapor de sodio, se necesita un balastro y un reflector.
Realmente no sabemos lo que el mercado les deparará a este tipo de lámparas. De momento parece que poco a poco están consiguiendo sustituir a las HM y HPS. Porque con respecto a estas, son bastante mejores.
Existen varias potencias disponibles, las más comunes son de 315W y 630W. La de 315W se podría comparar en cuanto a rendimiento del cultivo con una HPS de 400W.
Con una potencia menor, que se reflejará mes a mes en la factura de la luz, las lámparas LEC consiguen producir más lúmenes por W y con un espectro mejorado, ya que producen rayos UV como el sol.
Los cultivadores no tienen problema con una potencia de 315W en superar los 400 gramos por m², es decir algo más de 1,2 g/w. Y por supuesto, al tener menos potencia también se genera menos calor en el cultivo, algo muy interesante también.
Iluminación LED
Antes de que aparecieran los LEC dedicados al consumo, comenzaron a verse en el mercado los primeros LED. Todo hay que decirlo, han tenido que pasar muchos años todavía para que se pudiesen considerar una tecnología a tener en cuenta.
Pero definitivamente, los LEDS han evolucionado hasta tal punto que hoy en día no hay discusión sobre ellos: mejoran y mucho al propio Sol.
Los LED han evolucionado muchísimo, pasando por diferentes tendencias a lo largo de estos últimos años. Hoy en día los que más triunfan con los paneles tipo Lumatek Zeus, puede que el más evolucionado y que la mayoría de fabricantes pretenden imitar.
El poder incorporar cientos de diodos y combinarlos a nuestro antojo, hace que se puedan conseguir espectros inmejorables que incorporan UV e infrarrojos. Lo dicho, mejor que el sol.
La desventaja sigue siendo su alto precio y que en realidad su consumo no es tan bajo como mucha gente en principio se piensa. Por ejemplo, para un cultivo de 1m², la potencia recomendada sería de 300-350W.
Pero se deben tener en cuenta varios aspectos. El primero es la longevidad de los LED, que durarán varios años. Y el segundo, y más importante, es el rendimiento que ofrecen.
Porque con un LED y una variedad productiva, se pueden alcanzar los 2g/w. Es decir que en un armario de 100×100 cm con un buen panel de 300-350W, la producción será de 600-700 gramos por m2.
Si las producciones que muchos bancos de semillas ofrecen en sus descripciones de variedades te parecen exageradas, con un buen sistema de iluminación LED y la potencia adecuada son totalmente alcanzables.
¿Qué iluminación de cultivo interior para marihuana necesito?
A la hora de comenzar un cultivo, personalmente opino que lo primero que se debe valorar es qué pretendemos obtener de él. Porque nos puede ahorrar mucho dinero. Si nos dejamos asesorar por un grow shop, no siempre puede ser así.
Y con esto nos referimos a hacer una estimación sobre el consumo de cannabis anual. Porque no es lo mismo fumarse un porro al terminar un día, que consumir una media de dos o tres gramos diarios. Así que simplemente echa mano de una calculadora.
Y después divide el resultado entre 3, que será la media de cultivos por año que se pueden hacer (unas 4-5 semanas de crecimiento y lo que dure la fase de floración). Con una variedad de floración rápida se podrían sacar hasta 4 cultivos.
Por ejemplo, para alguien que consuma 1 kilo de maría al año, le bastaría con tres cosechas de 400 gramos cada una para autoabastecerse y tener una pequeña reserva para cualquier imprevisto.
Y 400 gramos por cosecha los podremos conseguir sin problema en un armario de 100x100cm con un equipo LEC de 315W. Pero con un LED de 300-350W conseguiremos fácilmente 500-600 gramos en el mismo espacio. Así que puede que con dos cultivos anuales sea suficiente para satisfacer la demanda.
Tampoco contemplamos la opción de recomendar equipos de vapor de sodio/haluros metálicos. Como decimos, hoy en día son la peor opción posible y algunos grows incluso están dejando de trabajar con ellos en favor de los LEC y en mucha mayor medida de los LEDs.
3 Responses
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