El cannabis y la música tiene una relación conjunta de muchos años y en todos ellos siempre hubieron anécdotas que recordar
Green Day está considerada por muchos la más grande banda de punk-rock de todos los tiempo. Nació en 1985 en California bajo el nombre de Sweet Childs, aunque poco después cambiaría su nombre por el actual. Green Day hace referencia en Estados Unidos a “un día sin hacer nada, tan solo fumando hierba”. También es el título de uno de sus primeros temas, donde además de hacer referencia a la hierba, en la introducción se puede escuchar el sonido de alguien fumando en un bong o pipa de agua. Con más de 100 millones de discos vendidos, Billie Joel Amstrong, Mike Dirnt y Tré Cool continúan en la cima de la música.
Gene Simmons, bajista y vocalista de la banda neoyorquina Kiss, es una de las raras excepciones de estrella del rock “sana”. En una entrevista confesó que la única que vez que consumio drogas, fue sin él saberlo. Sucedió cuando devoró tres brownies cannábicos. Aunque reconoce que lo llegó a pasar mal, los presentes relataron como Gene comenzó a preguntar cosas como ¿Mis pies son tan grandes como creo que son?, ¿Mi cabeza se ve divertida?, ¿Por qué mis manos son tan grandes? o ¿Son brillantes mis dientes?. Sin duda tuvo que ser un momento memorable e inolvidable.
Los Beatles conocieron el cannabis nada más y nada menos que de la mano de Bob Dylan. Sucedió en 1964 en el Hotel Dolmenico, tras finalizar uno de sus conciertos en el Forest Hills Stadium, de Queens. Al Aronowicz, prestigioso periodista de la época, fue a buscar a Dylan a su casa en Woodstock para que uno y otros se conocieran, ya que públicamente habían mostrado admiración mutua. Tras las presentaciones, Dylan sacó una bolsa con cannabis para liarse un porro, algo que sorprendió a los de Liverpool ya que nunca habían fumado. Como era de esperar, terminarían aficionándose al cannabis.
En el año 2010, Willie Nelson, cantante y activista cannábico estadounidense, se dirigía a su rancho de Texas en el autobús de su banda. Le dio el alto la policía y al registrar el vehículo encontraron un bote con 170 gramos de cannabis. Fue detenido y llegó a pasar unas horas en la cárcel hasta su puesta en libertad bajo fianza de 2500 dólares y pendiente de juicio. Pero poco antes de éste, el fiscal que llevaba el caso, afirmó que recibiría un trato especial y no iría a la cárcel si en la sala del tribunal le cantaba su canción favorita, “Blue eyes crying in the rain”.
Natascha Stellman es una artista australiana de origen alemán que saltó a la fama pocos meses después de que en mayo de 2008, Courney Love, viuda de Kurt Cobain, anunciara el robo de las cenizas del líder de Nirvana. Natascha aseguró que a sus manos habían llegado las cenizas y que se las iba a fumar en un porro de cannabis como parte de una exposición sobre el arte de la muerte llamada “Sent me Free”, en el Wagner + Partner de Berlín. Y llegó a hacerlo, pero el representante de Courtney se apresuró en desmentir el robo justificándolo en una historia erróneamente contada por su cliente y como una gran farsa.
A Bob Marley le diagnosticaron cáncer en el dedo gordo del pie en 1977. Los médicos le sugirieron amputar el dedo para frenar su avance, pero se negó. Pidió una segunda opinión en Miami y tan sólo le sugirieron un trasplante de piel. En 1980, un día mientras hacía ejercicio en el Central Park de Nueva York, sufrió un desmayo. Tras unas pruebas, al cantante le detectaron metástasis en todo su cuerpo. Un año después, en 1981, moría en Miami a los 36 años de edad. Sus restos enterrados en casa de Jamaica donde pasó su infancia junto a una pelota de fútbol, un anillo que le dio Afssa Wossen de Etiopía, una biblia… y cómo no, unos botes de cogollos de su variedad preferida.