En nuestro post de hoy te enseñaremos a hacer una salsa mahonesa cannábica con la que podrás disfrutar muchos de tus platos.
Es una opción perfecta para los amantes de la cocina cannábica, tanto con fines recreativos como terapéuticos. Apenas te llevará unos minutos.
Los orígenes de la mahonesa
La mahonesa o mayonesa es una salsa muy típica de la gastronomía de todo el mundo. Es muy sencilla y rápida de hacer, apenas 1-2 minutos. Además los ingredientes siempre los tendremos en nuestra cocina.
También es ideal para enriquecer cualquier plato. Carnes, pescados, mariscos, ensaladas, hortalizas, bocadillos… Es junto al ketchup, la salsa más consumida en nuestro país.
Sus orígenes nos remontan a mediados del siglo XVIII y a la ciudad menorquina de Mahón, en las Islas Baleares, España.
En el manuscrito del 1750 Art de la Cuina, llibre cuina menorquina de Fra Francesc Roger, al menos se encuentran 19 recetas en las que se usa el “aioli bo“, que era una emulsión de huevo y aceite.
Cuando en 1756 se produce la invasión de Menorca por parte de los franceses, estos tienen la ocasión de probar la mayonesa y les gustó.
Copiaron la receta de su elaboración, se la llevaron a Francia donde la denominaron mahonnaise (de Mahón) e incluso pretendieron adjudicarse su autoría.
Los ingredientes básicos de una mahonesa son huevo, aceite, sal, y limón o vinagre. El aceite preferiblemente debe ser de oliva.
Aunque en muchos países y por no disponer de este tipo de aceite optan por otros como aceite de maíz, de girasol e incluso de colza. También se le puede añadir leche para aligerarla. O nata para hacerla más cremosa.
Ingredientes mahonesa cannábica
- 1 huevo
- Aceite de oliva cannábico
- Sal
- Limón o vinagre
Elaboración
El aceite, mantequilla y nata cannábicos son la base de la cocina con cannabis. Los cannabinoides son liposolubles, es decir que sólo se disuelven en una materia grasa.
Cuando se tiene la costumbre de elaborar recetas cannábicas, contar con alguna de estas bases elaboradas puede ahorrar mucho tiempo.
En el caso de la mahonesa cannábica, receta que no precisa temperatura de cocinado, contar con aceite cannábico reducirá el tiempo de elaboración a apenas un par de minutos.
Así que comenzamos haciendo un aceite cannábico, preferiblemente con un buen aceite de oliva. Para ello vierte en una pota grande un par de dedos de agua.
En su interior introduce otra pota más pequeña para hacerlo al baño maría. Pon a fuego medio y añade 1 litro de aceite junto con 20 gramos de cogollos previamente triturados.
Remueve de vez en cuando y apaga el fuego pasado unos 30-40 minutos. Será tiempo suficiente para que los cannabinoides se integren en el aceite y se produzca la descarboxilación.
La descarboxilación es una reacción en la cual los cannabinoides en estado ácido, se vuelven neutros mediante el calor. Así el THCA que no es psicoactivo, se convierte en THC que sí lo es.
Cuela para retirar la materia vegetal con un colador muy fino o un filtro de café. Reserva el aceite y deja que enfríe totalmente, pues lo necesitaremos a temperatura ambiente.
Una de las claves para que una mahonesa emulsione perfectamente, es que tanto el huevo como el aceite deben estar a la misma temperatura, en torno a 20º.
Así que el huevo retíralo de la nevera 1 hora antes de hacer la salsa. En un vaso de batidora, añade el huevo, una pizca de sal, un chorrito de zumo de limón o vinagre, y por último y con cuidado, como unos 100ml de aceite.
La batidora debe reposar en el fondo del vaso una vez se comience a batir para lograr una buena emulsión. Cuando la mahonesa comience a espesar, entonces ya podremos batir arriba y abajo.
Será después el momento de añadir muy lentamente más aceite hasta conseguir el espesor deseado. La cantidad de aceite dependerá del tamaño del huevo o de la cantidad de zumo de limón o vinagre.
Normalmente con unos 200ml de aceite llegarían. Pero como decimos, dependerá de los gustos de cada uno el preferirla más espesa o más ligera.
Comprueba que tenga el punto de sal correcto y ya tienes una deliciosa mahonesa cannábica casera lista para complementar y darle a tus platos un toque personal y psicoactivo.
Se recomienda consumir antes de 48 horas, siempre conservada en la nevera en un bote hermético. Es normal que cree una costra con el frío, simplemente revuélvela con una cuchara.