El silicio es, tan sólo por detrás del oxígeno, el segundo elemento químico más común de la corteza terrestre. Y los silicatos, minerales que se forma naturalmente por la cristalización de las cenizas volcánicas, son el grupo de minerales más abundantes en la corteza terrestre. Son el resultado de la unión de silicio y oxígeno, que pueden estar acompañados de otros elementos tales como el aluminio, potasio, hierro, calcio o manganeso. Forman parte de la mayoría de las rocas,arenas y arcillas. Entre sus diversos usos destaca la fabricación de vidrios, aunque hoy os vamos a hablar de su uso en los cultivos.
Partimos de la base de que prácticamente cualquier suelo, contiene una gran cantidad de silicatos. Ésto no sucede con los sustratos que adquirimos para nuestros cultivos, muy ricos en nutrientes al incorporar humus, turbas, guanos, pero relativamente pobre en silicatos. Y sobre ésto, han sido varias las investigaciones que han concluido que una planta es más susceptible de sufrir estrés cuando presenta deficiencias de silicio. Por la contra, un aporte de este elemento llega a aumentar su resistencia, su crecimiento y también por supuesto la producción.
EL PAPEL DE LOS SILICATOS EN LOS CULTIVOS
El silicio disponible en el sustrato, mejora el intercambio de iones esencial para la asimilación y absorción de alimentos. También mejora la calidad del agua y el oxígeno que se encuentra en ella. Cuando las plantas lo comienzan a asimilar se reparte por todo su organismo. El tejido vegetal de las plantas presenta grandes cantidades de silicio, prácticamente los mismos que de fósforo, calcio y magnesio. Cuando el Silicio se acumula en las paredes celulares, disminuye la transpiración, limita la pérdida de agua por las hojas y dificulta la penetración y desarrollo de hongos.
Los efectos durante el crecimiento y desarrollo de las plantas son muy visibles, con tallos y ramas más gruesos, por lo que la circulación de nutrientes y agua hacia las hojas es mayor. También en la fase de floración, los cogollos engordan más por el mismo motivo, una mayor flujo de nutrientes. Además cuando las plantas son cultivadas en situaciones de estrés tanto hídrico como térmico. Al diminuir la transpiración se reducen las posibles consecuencias del exceso de calor o la falta puntual de riego. También mejora la fertilidad del sustrato y la asimilación de nitrógeno, fósforo, potasio y microelementos. Y además evita en gran medida las toxicidades de micronutrientes como aluminio, cobre, hierro, manganeso o zinc.
La mejor manera de usar silicatos en un cultivo es mediante alguno de los suplementos que nos ofrecen muchos fabricantes de fertilizantes especializados en el cultivo de cannabis. También cabe destacar que es interesante usarlo habitualmente, es decir en cada riego o al menos una vez a la semana durante todo el cultivo. Su coste no es elevado y merece la pena a cambio de una mayor protección contra hongos, una mejor asimilación de nutrientes y unas plantas más fuertes que soportarán mejor tanto el calor como las sequías, especialmente útil en cultivos en maceta y en guerrilla.