Una opción en el cultivo de cannabis es el de podar las plantas. El principal objetivo es el de redistribuir los niveles de auxinas, es decir provocar un mayor crecimiento a costa de eliminar partes de las plantas. Por ejemplo eliminando la punta apical se fomentará un mayor crecimiento de las ramas secundarias. O eliminando las ramas bajas, que normalmente no reciben mucha luz, se fomentará el crecimiento general de la planta. Pero primero hablaremos un poco de los principales tipos de poda.
PODA APICAL: es la poda más común. Simplemente se suprime como hemos dicho el ápice de la planta cuando la planta haya alcanzado la altura deseada. Tras ello, todas las ramas laterales comenzarán a crecer con mucho más vigor que antes.
PODA DE PUNTAS: también llamada cropping, consiste en suprimir el ápice de todas las ramas a excepción de la central. Así se conseguirán plantas más altas, al concentrarse la energía en esa punta central.
PODA DE BAJOS: consiste en como hemos dicho, suprimir aquellas ramas bajas, generalmente poco productivas ya que quedan a la sombra de las ramas superiores. La planta no gastará energía en el desarrollo de esas ramas que finalmente apenas producirán cogollos.
PODA FIM: es una variante de la poda apical, pero en lugar de suprimir el ápice de la planta, se secciona. Cuando la planta se recupere, de esta apical nacerán multitud de ramas creciendo a un ritmo similar. Con una poda FIM bien hecha se pueden conseguir más de 10 ramas.
CONSEJOS PARA PODAR PLANTAS DE CANNABIS
Podar una planta no es quitar hojas, sino quitar ramas enteras o tan sólo las apicales como hemos dicho. Toda hoja es importante, ya que almacenan nutrientes y son las encargadas de realizar la fotosíntesis. Dejar una planta pelada de hojas, especialmente las más grandes, sólo servirá para estresar la planta, ralentizar su crecimiento y conseguir menos producción. Cualquiera puede comprobarlo.
La herramienta que vayamos a usar, siempre debe estar muy afilada y previamente desinfectada con alcohol. Además, se deben lavar bien las manos. Una poda no deja de ser una herida que debe curar. Nos ponemos de ejemplo a nosotros mismos si queremos. Cualquier corte que nos hagamos con un cuchillo afilado, tardará menos en curar que un corte con un objeto sin un buen filo. Y ni que decir tiene si ese objeto además es un metal oxidado.
Así que los cortes deben ser siempre limpios para minimizar la herida y el riesgo de infección. Preferiblemente se harán en un ángulo de unos 45º, lo que evitará que la humedad se establezca en las heridas, tanto externa como la de la propia planta (savia). La herida cicatrizará antes y los riesgos de que algún patógeno e incluso alguna plaga haga acto de presencia. Puedes también usar pasta cicatrizante para minimizar los daños.
Cualquier poda, hazla siempre al menos un mes antes de que comience la fase de floración. Las auxinas suelen tardar unas 3-4 semanas en recuperar los niveles anteriores a la poda. Es decir que debemos darle tiempo a la planta a que se recupere y la poda surja efecto. Si hacemos una poda apical unos días antes de comenzar la floración, el resultado de la poda no será realmente el deseado y estaremos perdiendo producción.