Muchas veces a la hora de plantear un cultivo de cannabis se obvia a todo tipo de animales que frecuentan el hábitat. Se tienen en cuenta posibles plagas de insectos y mediante el uso de preventivos podremos mantener sin intrusos. Pero nos olvidamos que los peligros no siempre son diminutos. Desde pájaros o pequeños roedores, hasta grandes mamíferos como venados, jabalíes, caballos o vacas. En nuestro post de hoy te daremos algunos consejos para proteger tu cultivo de alguno de ellos.
PÁJAROS
Los pájaros especialmente atacan plántulas o plantas de pequeño tamaño, buscando siempre los brotes tiernos. Es muy fácil disuadirlos con objetos brillantes como un CD colgado de algún árbol cercano. La simple brisa del viento lo mantendrá en constante movimiento, produciendo reflejos que los asustarán. También se pueden proteger las plantas con una botella o garrafa mientras sea muy pequeña, o con alguna malla cuando crezca un poco más. Cuando tenga un buen tamaño, los pájaros perderán en interés por ella.
TOPOS Y TOPILLOS
Otros animales que son el terror de cualquiera persona que posea un huerto, jardín o un simple espacio con césped. Con sus fuertes patas cavan túneles por los que se desplazarán varias decenas de metros y en múltiples direcciones buscando alimento. Montículos de tierra sobre el terreno es signo inequívoco de su presencia. Aunque las raíces de las plantas no se encuentran en su dieta preferida, sí que puede ocasionar daños al atraversárlas con sus galerías, o incluso al desenterrar alguna planta al completo si es pequeña y se encuentra casualmente sobre algún montículo.
Las trampas no agresivas son siempre buena opción y permitirá llevar al animalillo lejos de donde no nos moleste ni a nosotros ni a algún vecino. Algún monte es perfecto para que pueda rehacer su vida. La mayoría consiste en un tubo que se coloca en alguna de sus galerías o preferiblemente en varias en el que una vez dentro, el topo o topillo ya no puede salir. También los repelentes por ultrasonidos son bastante eficaces, son económicos y cuentan con un pequeño panel solar para autocargar la batería. Pero a la larga se habitúan al sonido que emiten.
CONEJOS, CORZOS, CIERVOS, VENADOS…
Aunque el tamaño de un conejo y un ciervo o venado es muy diferente, no lo es tanto el gusto por cualquier tipo de hoja o tallo tierno. Y una planta de cannabis aunque no está en sus dietas frecuentes, no dudarán en darle un buen bocado si se la encuentran. Lo más fácil y eficaz, es proteger el cultivo con una valla que impida el paso. También los sensores de movimiento conectados a luz, radio-cd o similar que al detectar su presencia, active un sonido o destello disuasorio.
JABALÍES
Además de que pueden comerse algunas hojas de nuestras plantas, el mayor daño lo pueden hacer en una zona de tierra suelta y encharcada, como puede ser un cultivo de guerrilla recién regado. Los cultivos arrasados o aplastados por jabalíes llegan a ser muy frecuentes. Son animales con los que no conviene enfrentarse por su peligrosidad, pero en cambio son muy desconfiados. Cualquier olor extraño puede llegar a ser suficiente para evitar que se acerquen a determinados lugares. Prendas de vestir viejas impregnadas con colonias baratas puede ser una simple opción de mantenerlos alejados del cultivo.
VACAS Y CABALLOS
No es nada extraño en muchas zonas encontrarse con ganado en semi-libertad. Cuentan con enormes superficies por donde se pueden mover libremente, pero a su vez éstas están acotadas para impedir su salida, en la mayoría de ocasiones mediante pastores eléctricos. Los cables de estos aparatos, emiten una pequeña descarga eléctrica si a los animales se les ocurre intentar abandonar el espacio acotado. El estar familiarizados con este tipo de cables y el efecto que produce es suficiente para mantenerse alejados de él, por lo que simplemente situando algunos en los posibles lugares de acceso a las plantas, resultará muy eficaz.