Hoy os vamos a hablar del CO2 en cultivos de cannabis en interior, y en concreto de su aporte.
Cabe destacar de entrada, que su buen uso puede multiplicar increíblemente las cosechas. Pero en cambio un uso indebido puede llegar a ser perjudicial, tanto para las plantas como para nosotros mismos.
Qué es el CO2
El CO2 o dióxido de carbono se compone de un átomo de carbono y dos de oxígeno en enlaces covalentes. Forma parte de la naturaleza y es indispensable para la vida de nuestro planeta.
Sin CO2, las plantas no existirían ya que no podrían realizar la fotosíntesis.
Realmente no es un gas tóxico en el sentido de daño o envenenamiento por inhalación, ya que nosotros mismos lo exhalamos en nuestra respiración.
De forma natural el CO2 se encuentra en el aire en concentraciones que oscilan entre 300 ppm a 550 ppm dependiendo del entorno (de 0,03 a 0,05%).
Lo peligroso es su concentración y riesgo de asfixia cuando se superan las 100.000 ppm (10%), ya que produce el desplazamiento del oxígeno.
Además es un gas incoloro, inodoro, ininflamable e inerte, culpable de numerosas muertes al año principalmente con estufas, calderas y en general electrodomésticos que quemen gas butano o propano.
Pero no nos preocupemos, las cantidades de CO2 necesarias para un cultivo de cannabis en interior rondan las 1500ppm (0,15%).
El uso de sistemas de CO2 fiables, así como medidores, es prácticamente imprescindible para asegurarnos una máxima protección.
Un aumento del CO2 de manera artificial en un cultivo hará que la planta demande más luz, más agua y más nutrientes, lo que se traduce en plantas más grandes y productivas.
Los rendimientos pueden llegar a aumentar un 18-20% en cultivos optimizados. No nos olvidemos que un cultivo optimizado se consigue con la suma de todos los factores (luz, agua, abonos, genética…)
Cómo aumentar el nivel de CO2 en cultivos de cannabis
El CO2 en en cultivos de cannabis tan sólo se aplica en el foto-período luminoso y en fase de floración. Lo normal es ajustar el sistema de su aporte al temporizador de la iluminación.
La temperatura hay que subirla proporcionalmente al nivel de CO2. Hasta un máximo de 1.800ppm la temperatura debería alcanzar los 31ºC.
La extracción de aire cuando se está aportando CO2 debe estar apagada. De no ser así todo el CO2 extra que se ha generado saldría al exterior.
En estos casos, se puede temporiza la extracción para que funcione sólo en intervalo de 15 minutos cada 3, 4 o 5 horas, tan sólo para refrescar el armario de cultivo y eliminar humedad.
Cuando se opta por usar CO2 en cultivos interior no necesitaremos un gran flujo de extracción de aire. Se puede usar perfectamente hasta un extractor entre 3 y 4 veces menor de lo indicado.
Existen varias maneras de aportar CO2, siendo las más usadas las bombonas de CO2 comprimido, o los generadores de bombonas de propano que generan CO2 mediante la combustión del gas.
En ambos casos siempre será más fácil y seguro emplear un controlador digital que permita saber la concentración en ppm que hay en el interior del cultivo.
Estos equipos son costosos, pero muy fiables al poder controlar la cantidad de CO2 que se aporta, llevando a la planta al máximo de su asimilación de nutrientes.
Otra opción económica es aportar CO2 de manera casera mediante la fermentación de levadura y azúcar. A continuación os detallamos como hacerlo.
Cómo hacer un generador de CO2 con levadura
Es algo muy económico y que merece la pena.
Para aportar CO2 en cultivos con levadura y azúcar necesitaremos
- 1 litro de agua destilada
- 250 gramos de azúcar
- 8 gramos de levadura de panadería
- 1 botella de refresco de 2 litros
- 2-3 metros de tubo atóxico de 6mm
Empezamos preparando la botella. Las botellas de refresco aguantan muy bien la presión, por lo que son las mejores. En ella introduciremos la mezcla de agua, levadura y azúcar.
Así que en el tapón de la botella hacemos un orificio con una broca para madera o metal de 4 mm. Por ella tendremos que pasar el tubo atóxico y que quede muy firme. Podemos incluso aplicar silicona.
El tubo en el interior de la botella siempre debe ser corto, apenas que sobresalga uno o dos centímetros del interior del tapón. Pero lo importante es que quede sobre el nivel del líquido.
Así que ya sólo nos queda preparar la mezcla. Calienta el agua un poco (que no llegue a quemar), añade el azúcar y remueve bien. En un vaso o taza, disuelve la levadura en agua tibia y añádelo al agua azucarada.
Inmediatamente después, mezcla bien y mételo en la botella de refresco. Y cierra fuertemente, pues se generará bastante presión.
En poco tiempo la levadura comenzará a fermentar y alimentada por azúcar de una manera muy acelerada. Durante este proceso se produce gran cantidad de CO2.
Debido a la presión, el CO2 saldrá de la botella, atravesará el tubo de salida y fluirá por el cultivo. Este no es un sistema que genere dosis de CO2 que se puedan considerar excesivas.
Se puede hacer un cómodo cierre del paso del gas con un gotero de bolsa intravenosa, en cualquier farmacia se puede encontrar. Se instala en la salida del tubo de CO2.
También puedes instalar un sistema de cuentagotas para controlar mejor la salida de CO2. Para ello necesitas una segunda botella. Y en su tapón hacemos dos orificios.
En uno entrará el tubo que sale de la botella de CO2 y que estará sumergido en agua. Y en el otro saldrá el tubo hacia el cultivo. La botella se llenará de agua hasta la mitad aproximadamente.
El CO2 se verá fluir en forma de burbujas que atravesarán el agua. De este modo será muy sencillo contar la cantidad de burbujas por segundo que se aportan al cultivo y con el cierre de paso controlarlas.
Este sistema es muy empleado en acuarofilia. Incluso se venden kits que incluyen botellas especiales, manómetro, válvula, difusor, etc.
El aporte de CO2 en cultivos de cannabis
Como el CO2 es un gas más pesado que el aire, la salida del tubo de este generador casero de CO2 en cultivos, debe estar por encima de las plantas, de tal modo que el gas caiga sobre ellas.
Es habitual que un aporte de CO2 aumente los niveles de humedad, por lo que quizá debas usar un deshumidificador para evitar la aparición de hongos. O mejorar la ventilación interior del armario o zona de cultivo.
También cabe destacar como mencionamos que con el uso de CO2 en cultivos, la extracción de aire en fase diurna de aire debe ser poca y con intervalos altos.
No tiene sentido inyectar CO2 y cada hora eliminarlo del interior mediante la extracción de aire. Con 15 minutos cada 3, 4 o 5 horas, puede ser suficiente. Incluso llega a ser prescindible si los parámetros son los óptimos.
El CO2 se usa principalmente a partir de la tercera semana de la fase de floración y en el fotoperíodo de luz. Será el momento en que la iluminación se encuentre a su máxima potencia.
Durante el fotoperíodo nocturno, las plantas no consumen CO2 por lo que se suprimirá el aporte de CO2 si instalamos el cierre de paso que hemos comentado. En esta fase se puede usar la extracción de aire deseada.
Las plantas que reciben CO2, como decimos, aumentarán asombrosamente la asimilación de nutrientes. Lo que se traduce en flores más grandes.
No es nada extraño tener que rebasar las dosis de abonos que indican los fabricantes. Para ello se recomienda un medidor de EC, para abonar en las dosis máximas posibles y evitar sobrefertilizaciones.
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