Hace casi tres décadas que Dutch Passion presentaba la Orange Bud, y a día de hoy continúa siendo una de sus variedades más representativas y vendidas de todo su catálogo. Es además un clásico de los coffee-shops holandeses, y quien haya tenido la oportunidad de haberla cultivado o probado hace unos veinte años y también recientemente, la recordará exactamente igual.
El origen de esta variedad nos remonta a los años 80, cuando Henk, propietario y fundador de Dutch Passion, comenzó a seleccionar variedades para los inicios de su proyecto de crianza. Entre algunas de ellas, se encontraban las recientemente introducidas en Holanda Skunk, Haze, Northern Lights y Blueberry, variedades estables procedentes de los Estados Unidos.
En especial, las selecciones Skunk eran de las más más interesantes por lo completas que resultaban. Eran plantas fáciles de cultivar tanto en interior como en exterior, con un período de floración que rondaba los dos meses, unos cogollos siempre duros y cargados de resina, y unos efectos muy potentes con dominancia de sensaciones eufóricas y cerebrales.
Dutch Passion tuvo acceso a diversos clones elite de la Skunk, pero entre ellos uno destacaba por ser diferente al resto. Poseía un intenso y penetrante aroma a naranjas. Y también los pistilos presentaban unos tonos anaranjados muy llamativos. En una variedad tan estable como Skunk, encontrar un fenotipo con estas características, era algo de lo más inusual.
Durante los siguientes años, Dutch Passion trabajó con esta Orange Skunk hasta que finalmente la lanzó al mercado a mediados de los 80. hasta que se presentó en el mercado en los 80. El nombre Orange Bud es una clara referencia al color anaranjado de los cogollos, además de su marcado sabor a naranjas. Pronto alcanzaría gran fama y sería un gran reclamo para cultivadores de todo el mundo.
Como buena Skunk, es una variedad sencilla y muy resistente. Cuando se cultiva en exterior y las condiciones son favorables, puede convertirse en un árbol de 3-4 metros de altura. Y es que tan famoso es su sabor como su enorme rendimiento en cualquier entorno y en manos de cualquier cultivador. Hay quien la cultiva por su sabor, otros por su potencia, otros por la producción… Orange Bud nunca defrauda.
Aunque sin duda lo mejor de esta variedad es como no su aroma. Manipular un cogollos de Orange Bud es como mondar una naranja. Los efectos también le hacen justicia a esta leyenda, siendo los típicos de Skunk. El inicio es muy cerebral y eléctrico, más relajante y corporal en su final. Sin duda es una variedad que alegrará el día a nuestras papilas gustativas.