La madre de dos hijos, Vanessa Kyrobie, no quería usar cannabis medicinal en Utah hasta que fuera legal en el estado. Ahora dice que las últimas seis semanas le han cambiado la vida.
Kyrobie es una joven esposa y madre de dos hijos, quien padeció una infección cerebral bacteriana que la dejó con un fuerte dolor, náuseas, problemas de sueño y otros síntomas debilitantes.
“El dolor en mi cuerpo fue más allá de insoportable, nivel ocho, nueve, 10”, dijo Kyrobie, llegó un momento que estaba esencialmente en la cama contemplando el suicidio. “Honestamente, siento que si no fuera por la marihuana medicinal, no estaría aquí”.
Comenzó a vapear marihuana y a tomar gotas y gominolas después de que se aprobara la Proposición 2, y la legislatura estatal promulgase un proyecto de ley sobre el cannabis medicinal más a su gusto.
Vanessa Kyrobie consumía nueve medicamentos diferentes cada día antes de comenzar su tratamiento de marihuana tres veces al día.
“La gabapentina fue para el dolor nervioso, Microzene fue para el dolor nervioso”, explicó Kyrobie, mientras colocaba los frascos de pastillas en la mesa del comedor. “No he usado ninguno de estos desde que cambié a marihuana medicinal”.
