En este post te hablaremos de la dureza del agua y cómo influye en el cultivo del cannabis. Además, os contaremos algunos trucos para mejorar el agua del riego.
El agua y su calidad son una de las claves para el cultivo de cannabis. No todas las aguas son iguales, ya que depende de las zonas geográficas.
Y dependiendo de la zona, nuestras plantas estarán recibiendo un agua adecuada o inadecuada. En este último caso siempre conviene tomar una serie de medidas.
¿Qué es la dureza del agua?
La dureza del agua es un concepto que únicamente tiene en cuenta la concentración de sales de calcio y magnesio, presentes en cualquier agua corriente.
Se dice que un agua es dura, cuando la concentración de Ca y Mg es superior a 0,5 mS/cm2 (milesiemens x centímetro cuadrado).
Por el contrario, se dice que un agua es blanda cuando es inferior a 0,3 mS/cm2. Esto podemos comprobarlo fácilmente con un medidor de EC.
Sino se posee uno, una rápida búsqueda en Google nos permitirá conocer el valor aproximado de la dureza del agua de nuestra zona. Muchos ayuntamientos proporcionan este dato.
Siendo algo tan variable, los fabricantes de abonos no suelen incluir cantidades adecuadas de estos dos nutrientes esenciales tan importantes.
Si contamos con un agua dura cargada de Ca y Mg, una mayor cantidad será aún más perjudicial si cabe para nuestras plantas.
Y si el agua presenta cantidades inferiores de Ca y Mg a las adecuadas, será tan sencillo como hacer un aporte de estos dos nutrientes.
¿Qué hacer cuando se tiene un agua dura?
La mejor solución, y ya no sólo para la salud de nuestras plantas sino por la nuestra propia, es instalar en casa un filtro de osmosis.
Ello conseguirá reducir al mínimo la cantidad de Ca y Mg. Si consumimos este agua, nuestro organismo lo agradecerá.
Pero también lo agradecerán nuestros electrodomésticos, como la lavadora o lavavajillas. Las incrustaciones de calcio en estos aparatos pueden afectar a su funcionamiento y acortará su vida útil.
En las plantas, una dosis excesiva de calcio y magnesio puede ser muy perjudicial. Y especialmente los excesos de calcio que pueden provocar bloqueos de otros nutrientes.
El calcio se adhiere a las raíces e impide que éstas asimilen los demás nutrientes aún estando disponibles en el sustrato.
Otra opción, aunque nada económica, es rebajar un agua dura con agua blanda. Puede ser agua destilada, de osmosis o desmineralizada.
Cuando se cuenta con un gran número de plantas, como decimos, ésta no es una opción para nada económica.
¿Qué hacer cuando se tiene un agua blanda?
Este caso es el mejor de todos. Con un simple suplemento de calcio y magnesio lo podremos solucionar. Hablamos de los típicos CalMag que ofrecen muchos fabricantes de abonos.
También algunos de estos fabricantes de abonos incluyen líneas específicas para este tipo de aguas blandas, con una mayor cantidad de Ca y Mg de las que contienen la gran mayoría de abonos.
Así nos evitaremos tener que usar ningún tipo de aditivo que compense esta baja cantidad de calcio y magnesio tan esencial para la nutrición de las plantas.
Cantidades bajas de calcio y magnesio traen consigo deficiencias, especialmente de magnesio. Esto afecta al crecimiento de las plantas y a su vigor, ya que el Mg es un ladrillo con el que las plantas fabrican la clorofila.
El calcio es necesario para construir las paredes celulares y el proceso de división celular, además de que también contribuye a evitar la acumulación de elementos tóxicos.
El calcio también facilita la absorción de nutrientes, ya que tiende a equilibrar el PH del suelo.
¿Cuál es la dureza del agua ideal para la marihuana?
Los cultivadores de cannabis solemos tomar como referencia una dureza del agua base con EC de 0,4 mS. Es decir sin ningún tipo de abono o aditivo.
Es un valor ideal, con una cantidad de sales de calcio y magnesio óptimas para que las plantas crezcan sin ningún tipo de carencia ni excesos de estos dos nutrientes.
Si es blanda, añade un suplemento de Ca y Mg y con un medidor de EC controla hasta llegar a ese valor. Después, añade el resto de nutrientes y aditivos.
Si es dura, como ya hemos dicho, rebájala con agua desmineralizada hasta alcanzar 0,4 mS y añade para terminar los nutrientes y aditivos habituales.
Un medidor de EC siempre es una herramienta muy útil en un cultivo. Existen modelos muy económicos que no tardaremos en amortizar a base de mejores cultivos y cosechas.
Con ellos además de poder ofrecerles a nuestras plantas una cantidad óptima de calcio y magnesio, podremos usarlo para proporcionarles las dosis de abono máximas sin sobrefertilizar.
Las necesidades nutricionales dependen mucho de cada variedad. Unas aceptarán unas dosis más elevadas que otras.
Tan sólo a base de pruebas, se conseguirá adaptar la dosis de nutrientes adecuada a cada variedad, llevándola al límite de su alimentación.