Muchas personas fuman tabaco y otras fuman marihuana, los niños deben estar protegidos siempre del humo de segunda mano de los fumadores.
El humo de tabaco de segunda mano empeora el asma, aumenta el riesgo de infecciones respiratorias y del oído, e incluso aumenta el riesgo de muerte súbita en los bebés. Ha habido todo tipo de campañas educativas dirigidas a padres y cuidadores, y se han logrado grandes progresos en esta cuestión. Además, se ha reducido el consumo de tabaco en los EEUU entre los padres de niños disminuyendo del 27.6% al 20.2%. Aunque ahora hay un nuevo problema: el humo de marihuana de segunda mano.
Los estudios demuestran que cuando estás cerca de alguien que fuma marihuana, el humo también ingresa a tu sistema. La cantidad depende de la cercanía a esa persona, cuántas personas fuman, la cantidad que fuman, cuánto tiempo pasan cerca de ellas y la ventilación en el espacio. La investigación es clara en cuanto a que los cannabinoides, los químicos que “colocan”, entran en las personas cercanas, incluidos los niños.
Esto no está bien. Además del hecho de que no queremos que los niños se droguen, o que se expongan a los peligros del humo de marihuana de segunda mano. Aunque se esta investigando , existe evidencia que sugiere que cuando los jóvenes (cuyos cerebros aún están en desarrollo) se exponen al cannabis, puede tener efectos en la función ejecutiva y la memoria entre otros.
Esto no se desea para nuestros hijos
Los mismos consejos para los padres que fuman tabaco se podrían aplicar a los padres que fuman marihuana:
-El fumar y su humo nunca es bueno para las vías respiratorias.
-Si fumas, no fumes alrededor de tu hijo, nunca.
-Incluso si tu hijo no está cerca, no fumes en algún lugar, como en casa o automóvil. El humo permanece.
-Después de fumar, el humo se mantiene en la ropa y espacios, por lo tanto limpiar y airear.
A medida que el uso legal de la marihuana se vuelve más común, debemos crear el mismo tipo de reglas y leyes que hemos creado para proteger a las personas del humo de tabaco de segunda mano.
El hecho de que algo sea legal no significa que sea totalmente seguro. Y cuando tomamos decisiones que tienen riesgos, no hay que imponer esos riesgos a otras personas, especialmente a los niños, y especialmente cuando puede afectar a su vidas futuras.