Terreno. Aunque aún faltan meses para que comience la temporada de exterior, nunca está de más ir planificando lo que será nuestro próximo cultivo. Son éstos meses de frío y lluvia, pero hay tareas que podemos ir adelantando. Una vez que empecemos a cultivar, con la primavera encima, las plantas nos lo agradecerán.
Preparar el terreno es una de ellas. Es la época ideal para buscar el mejor lugar para situar las plantas. También para hacer un compostaje con los restos del pasado cultivo. Son muchos los cultivadores que reservan las hojas de la manicura, al fin y al cabo pudiendo darles un segundo uso es una pena desperdiciarlas.
Podemos hacer un agujero o amontonarlas y cubrirlas con tierra, tapando después con un plástico negro que facilitará el compostaje. Así también evitaremos que nazcan malas hierbas. En unos meses, tendremos un sustrato de calidad con buenas dosis de nutrientes. Y 100% natural. Una buena idea es regar este compostaje con enzimas, lo que ayudará a la descomposición acelerada de estos restos orgánicos.
GERMINAR DENTRO, CRECER Y FLORAR FUERA
También en estas fechas se puede poner en marcha un cultivo invernal que se cosechará en primavera. Siempre que el clima lo permita, claro. Para ello, nos aprovecharemos del buen tiempo del final del invierno y principios de primavera, además de la cantidad de horas de luz. Ésto es importante, ya que si lo hacemos tarde, el aumento de las horas de luz hará que nuestro cultivo invernal fracase.
Es la época ideal para germinar las semillas en un interior. Con un aporte lumínico, que tampoco tiene que ser muy potente, las plantas crecerán las primeras semanas alejadas del frío exterior, lluvias e incluso heladas. Siempre con un fotoperíodo de crecimiento, que puede ser 18/6 o 20/4. A finales de febrero o principios de marzo, es la fecha ideal para sacar las plantas al exterior.
Como decíamos, en exterior y en esas fechas, casi es un fotoperíodo de floración de otoño, lo que permitirá que las plantas empiecen a florecer en 1-2 semanas. Para ello, cabe destacar que se debe siempre optar por variedades de floración rápida, de no más de 2 meses. Pensemos que los días empezarán a crecer, y ese aumento puede hacer que variedades de floración media/larga revegeten, es decir que pasen de floración a crecimiento.
Cabe destacar que en estas fechas, la ausencia de plagas es casi total debido a las bajas temperaturas. Incluso los hongos es estas fechas tienen una actividad baja. No sucede lo mismo con temperaturas medias/altas. Una gran ventaja y que facilita el cultivo y supone menos quebraderos de cabeza.
One Response
Muy bueno para tener en cuenta! Pero no se olviden q somos muchos lectores del hemisferio sur (-:
Saludos desde Argentina!