De principios a mediados del siglo XX, todavía era lo normal encontrar en los cuartos de baño de las casas y a mano de los “tronos” o zonas de evacuación del vientre, engarzados en un alambre establecido expresamente para sujetarlos, unos trozos de papel de prensa.
Deberíamos viajar o remontarnos a Estados Unidos un siglo antes allá por el 1857, para darle las gracias a un ciudadano de ese país, Joseph C. Gayetty, quien tuvo la dulce y feliz idea para nuestros traseros de fabricar o elaborar un primer papel de cannabis o cáñamo de Manila de color perla, no blanco, marcado en filigrana o por el agua en cada hoja “JC Gayetty N S” su nombre. El paquete de papel para el servicio tan intimo y especial contenía 500 hojas de papel de cáñamo y en su producto original contenía aloe como lubricante y se comercializó como producto médico anti-hemorroide. Su precio en su primer época era de 50 centavos de dolar por unidad.
El novedoso producto para los traseros nobles -por el gran precio para la época-, se comercializaba bajo un iluminado eslogan:
“la mayor necesidad de nuestra era, el papel medicinal de Gayetty para el baño”.
Este fue el gran precursor de que un producto tan utilizado hoy en día en la gran mayoría de los hogares el mundo civilizado.
Al inventor estadounidense Joseph C. Gayetty se le atribuye la invención de lo que hoy conocemos como el papel higiénico comercial. Nacido en el estado norteamericano de Massachusetts, Gayetty se trasladó junto a su familia a Nueva York en 1860.