Si hay una planta de cannabis mítica y de la que hasta el no consumidor ha oído hablar, es sin duda la Skunk. Su nombre en español significa mofeta, y es que lo que más llama la atención de esta planta es su apestoso olor, inconfundible por otro lado. El olfato más avanzado y el paladar más entrenado no tendrá ningún problema en identificar una Skunk por su olor o por su sabor, característica que también heredan en gran medida sus descendientes.
Es una planta todoterreno, cualquier cultivador principiante que pregunte a un veterano por una variedad fácil de cultivar y potente, seguramente le recomendará Skunk entre las 3 primeras que se le ocurran. Y no es para menos, pues es una planta que nunca defrauda y que ha llegado a cambiar toda la escena cannábica desde su aparición.
Aunque Skunk ha adquirido la mayor parte de su fama en Holanda, fue desarrollada en EEUU por Sam el Skunkman en la década de los 70 partiendo de una índica afgana y dos sativas, una Acapulco Gold y una Colombian Gold. Hasta conseguir dar forma a una planta tan estable como la Skunk tuvieron que pasar varias generaciones cargadas de selecciones de entre miles de ejemplares e incontables cruces, realmente cuando tenemos en la mano una de estas semillas uno no se llega a imaginar toda el trabajo e historia que guarda.
Skunk aterrizó en Holanda a principios de los 80 y de la mano del propio Sam rápidamente copó las primeras copas cannábicas. Pronto los primeros bancos de semillas holandeses se fueron haciendo con semillas o esquejes, cedidos o vendidos por el Skunkman, comenzando la época dorada del cannabis holandés. Sin la Skunk no se comprenden variedades e híbrido de la talla de Jack Herer, Cheese, Orange Bud, Super Skunk, Chonic, Critical, Lavander, Chem Dawg, Great White Shark o Amnesia.
Sensi Seeds fue uno de los primeros y de los pocos bancos de semillas que quedan que tuvo acceso de primera mano a la línea Skunk original, siendo todavía el máximo referente en cuanto a Skunk 
se refiere con la Skunk#1, posiblemente la planta más cultivada de los últimos 30 años. La frase “si quieres una buena planta píllate unas Skunk#1 de Sensi” también podría ser la frase más escuchada en los foros cannábicos o grows.
Se trata de una planta como decimos muy resistente y de fácil cultivo, sin apenas cuidados hasta el cultivador más torpe conseguirá unas cosechas increíbles. En pocos días ya podremos ver que su fama es bien merecida, con ejemplares creciendo fuertemente y de manera homogénea, sin apenas diferencias entre ellas. Su estructura es la típica de un árbol de navidad, muy elegante, con hojas de un color verde intenso y troncos gruesos. Si comparte cultivo con otras variedades, es bastante común que mientras las demás son atacadas por plagas u hongos, la Skunk permanece impasible, como si no existiese para los bichos.
En cuanto arranca la floración es como si la Skunk oyese el pistoletazo de salida de la prueba de 100 metros lisos, se muestra sólida desde el principio y progresa hasta un final espectacular. El olor puede llegar a ser un problema sobretodo en interior, aunque con un filtro de carbón no tendremos mayores problemas. En exterior es más complicado disimularlo y mejor abstenerse si contamos con vecinos cerca.
Los cogollos de esta planta son grandes, duros, muy duros, con muy poca cantidad de hoja y un exceso de resina. El manicurado es un mero trámite antes de ponerlos a secar y envasarlos. Durante el curado, abrir un bote y meter la nariz en él ya incluso parece que marea, los aromas son muy intensos, como a queso curado, no en vano la famosa Cheese, madre de todas las líneas Cheese es una Skunk#1 de Sensi Seeds. El sabor es delicioso, fuerte, dulce, cítrico, con toques acres y terrosos.
Skunk#1 es también una planta muy potente, una cualidad por la que ha sido tan importante para los grandes breeders para el desarrollo de nuevos híbridos. Cualquier planta cruzada con una Skunk, es sinónimo de una descendencia de notable a sobresaliente. Principalmente sus efectos son muy equilibrados, a una subida inicial espectacular de sus genes sativos, se une un descenso moderado de su lado Afghani pero sin borrar la sonrisa de idiota en la cara y los ojos rojos. Por su gran contenido en THC y una buen porcentaje de CBD, es además una variedad con un gran espectro medicinal. Así que como dice la famosa frase, si quieres una buena planta, píllate unas Skunk#1 de Sensi. No te arrepentirás.
