Tras ser anunciado arzobispo a Daniel Sturla le preguntaron por la ley que regula el mercado de la marihuana y contestó: “no tengo una posición contraria”; reconoció “dudas” sobre su eficacia, pero advirtió que “algo distinto hay que hacer”. Luego, al poco tiempo, se reunió con la asociación LGTB (que nuclea a lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) en un encuentro que fue considerado tanto por la Iglesia Católica como por el colectivo como “histórico”.
También se pronunció en contra de la edad de imputabilidad y dijo que esta reforma implicaba dar “un mensaje negativo”. Y bendijo, en una aunque breve pero divertida entrevista que le hizo Orlando Petinatti, la temporada 2014 de su programa, Malos Pensamientos.
Sin dudas, Sturla tiene un estilo distinto al de su antecesor, Nicolás Cotugno, y más parecido, si se quiere, al del Santo Padre, el argentino Jorge Bergoglio. Se reúne con quien se lo pida —estuvo con la intendenta Ana Olivera pero también fue a la sede del Pit-Cnt a reunirse con la cúpula del sindicato de trabajadores— y cuando da una opinión está dispuesto a discutirla, a debatirla.
Foto: El papa Francisco entrega a Sturla el palio arzobispal. Foto: AFP