Suiza (oficialmente conocida como Confederación Suiza) lleva siglos utilizando, tradicionalmente, el cáñamo como fuente de fibra, alimentos y medicina. Aunque, en alguna ocasión, Suiza se ha visto obligada a endurecer sus leyes relativas al cannabis para mantener una cierta consonancia con el derecho internacional, su manera de enfocar el tema ha demostrado una actitud de tolerancia y benevolencia.
Historia del cannabis en Suiza
Según la obra influyente de R.C. Clarke,Cannabis Evolución y Etnobotánica, el cannabis se introdujo en la mayor parte de Europa durante el periodo comprendido entre los años 10000 y 2000 AP. Se han descubierto restos antiguos durante las excavaciones arqueológicas que nos han brindado algunas pruebas de ello, aunque estos ejemplos suelen ser discutibles debido a la dificultad de distinguir las fibras de cáñamo de las de lino y ortiga. Aunque existen pocos de estos yacimientos arqueológicos dentro de las fronteras de la actual Suiza, muchos otros se encuentran dentro de su histórica zona cultural, y es posible que en la totalidad de la región de Europa Central, en la que se asentaron a lo largo de su historia los diferentes pueblos celtas, romanos y germánicos, se utilizara el cannabis, de forma considerable, tanto por su fibra como para la elaboración de alimentos durante varios milenios.
En un análisis granulométrico del polen, realizado en 1996, se indicó que las especies Cannabaceae estuvieron presentes en las regiones de las llanuras de los Alpes suizos desde alrededor del 6500 AP en adelante. De hecho, la presencia de Cannabaceae (y cereales, que datan de alrededor del 4000 AP en adelante) se utiliza como un indicador de civilización por los investigadores (en general, se acepta que el cultivo intencional de cannabis, normalmente, se produce poco después de que los pueblos indígenas se lo encontrasen por primera vez). Los niveles de Cannabaceae se mantuvieron altos, de manera regular, hasta alrededor del 200 AP, momento en el que se produjo un descenso notable en Cannabaceae y otras especies de cultivo. Esto coincide con el apogeo de la Revolución Industrial, y marca el punto en el que gran parte de la agricultura intensiva fue reemplazada por la cría de ganado.
Se han descubierto macro restos (es decir, restos que son visibles a simple vista, a diferencia del polen) de cannabis, el año pasado, en el conjunto arqueológico Merovingio de Develier-Courtételle, en el Cantón du Jura (al noroeste de Suiza), que datan de entre los siglos V y VII de la EC. La presencia de lino (Linum usitatissimum) y de otros cultivos utilizados para el teñido y el cardado indica que ya se estaba desarrollando una industria textil por aquel entonces. El cardado se refiere al proceso de peinado de las fibras vegetales para desenredarlas y, posteriormente, entrecruzarlas. Las plantas con flores puntiagudas, tales como el cardo (Dipsicacum fullonum), y las plantas del género Xanthium (Xanthium strumarium) se servían de “peines” naturales a la perfección.
El cannabisen la época medieval en Suiza
De entre todas las pruebas disponibles, parece que se había desarrollado una industria dinámica del cannabis ya en los siglos XIV o XV, en gran parte de Europa, con puntos clave de cultivo y uso situados en Suiza, el norte de Italia, y en muchas otras partes de Francia y Alemania. Esta industria tuvo una gran importancia económica, y se mantuvo así hasta el apogeo de la Revolución Industrial, que se extendió por Europa durante la última parte del siglo XVIII, aunque a estas alturas había sido sufrido, durante siglos, el acoso y la hostilidad de la Iglesia Católica Romana, que relacionaba el uso de cannabis y otras plantas, potencialmente narcóticas, con la brujería.
En numerosos informes, se cuenta que, en 1484, se promulgó una bula papal (tituladaSummis desiderantes affectibus) que prohibía específicamente el uso del cáñamo como medicina. Este edicto también fue incluido como prólogo en la edición de Malleus Maleficarum de 1487 (“El Martillo de las Brujas”), el manual sobre de caza de brujas más famoso de la época de la Inquisición. No obstante, no está claro en qué se basa esta afirmación, ya que si echamos un vistazo a los textos, no encontramos ninguna referencia al cáñamo, cannabis o cualquier sustancia que pudiera serlo.
Sin embargo, se tiene constancia de que los curanderos y herboristas tradicionales eran uno de los blancos favoritos de los inquisidores, y de que el cáñamo era una parte integral de su farmacopea, incluso después de que su uso dejase de estar aceptado a nivel social. Históricamente, Suiza ha tenido lazos culturales y económicos, muy estrechos, con Alemania, y gran parte de la farmacopea medieval fue documentada por los estudiosos de las grandes universidades de Frankfurt, Heidelberg y Basilea. En 1539, el médico alemán Hieronymus Bock publicó la primera edición de su herbario influyente, Kreuterbuch, que contenía unadescripción ilustrada del cannabis y de sus usos medicinales. Posteriormente, su alumno Tabernaemontanus imprimió otra edición en Basilea en 1625.
Ritos tradicionales con cannabis en Suiza
Se ha sugerido que el folclore suizo incorporó el uso del cannabis en los ritos de fertilidad tradicionales, posiblemente relacionados con la diosa germana Freyja. El culto a Freyja, y a otras diosas germánicas, pudo haberse propagado por la zona, que ahora es la meseta Suiza, con la migración de dos tribus, los alamanes del norte y el este, y los borgoñones del oeste, durante el siglo V de la EC (después de la caída del Imperio Romano en la zona).
Se tiene un relativo gran conocimiento de las tradiciones germánicas debido a la preservación de varios textos claves escritos a principios del período medieval en Escandinavia. Estos textos se conocen como los Eddas y contienen varias referencias posibles al cáñamo y una relación con Freyja, la poderosa diosa del amor y la fertilidad. Las tradiciones de la tribu de los helvios, un pueblo celta de la Galia que controlaban la meseta suiza antes de la expansión romana, no se conservaron en la misma medida, en gran parte debido a la falta de un lenguaje escrito. Sin embargo, varias diosas celtas tienen similitudes con Freyja, y es posible que se produjeran ritos parecidos en la región mucho antes de la llegada de la propia diosa germánica.
Según varias fuentes, el uso del cáñamo en los ritos y costumbres de cada estación persistió hasta el siglo XIX en algunas zonas rurales de Suiza (donde los tallos de cáñamosupuestamente se relacionaban con la primavera y se utilizaban para ‘protegerse’ de la llegada del invierno) y en gran parte del mundo germánico. En aquel momento, la cristianización en curso de Europa había destruido, o diluido, todos los mitos paganos, excepto los más perseverantes. De hecho, aunque algunas tradiciones relacionadas con el cáñamo han persisten en algunas partes de Europa hasta nuestros días, en la gran mayoría, se han alejado de sus profundas raíces religiosas, y se producen más como curiosidades o excentricidades locales.
Legislación relativa al cannabis durante los siglos XX y XXI en Suiza
En 1924, se prohibió el cannabis por primera vez en Suiza, a raíz de la aprobación de la Ley de Estupefacientes. Dicha ley fue promulgada con el fin de cumplir con las obligaciones derivadas de la firma del Tratado de la Sociedad o Liga de las Naciones, y la Convención Internacional del Opio de 1912. En 1951 y 1970, se reformó la ley. En este último caso, las modificaciones garantizaban que la nación cumpliese los términos de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961.
A pesar de estos instrumentos legislativos prohibitivos, se ha mantenido, hasta nuestros días, una industria muy dinámica del cultivo y uso del cannabis en Suiza, al igual que en muchos otros países de Europa y más allá de sus fronteras. Al darse cuenta de esto en 1995, las Oficinas Federales Suizas de Salud Pública, de las Fuerzas Policiales y de Agricultura decretaron que el cannabis podría cultivarse, sin ningún permiso especial, siempre que no se destine a fines estupefacientes. Sin embargo, la redacción ambigua de la legislación abrió un resquicio para los cultivadores de cannabis psicoactivo, ya que establecía que todas las plantas de cannabis, incluido el cáñamo, contienen THC. De este modo, resultó posible que los cultivadores de cannabis argumentasen, si se les arrestaba, que sus cultivos eran de cáñamo y estaban destinados sólo y únicamente para fines no psicoactivos, incluso si contenían concentraciones importantes de cannabinoides.
El 1 de enero de 2012, el Concordat latin sur la culture et le commerce du chanvre(Concordato Latino sobre la Cultura y el Comercio del Cáñamo) entró en vigor, permitiendo a los ciudadanos particulares en siete cantones, incluidos Ginebra y Basilea, cultivar hasta cuatro plantas de cáñamo (que contuviesen menos del 1% de THC) para uso personal. Sin embargo, en octubre de 2012, el Tribunal Federal de Suiza declaró que el Concordato era ilegal, ya que violaba las leyes federales sobre drogas. También en octubre de 2012, la ley de estupefacientes de Suiza fue modificada, ligeramente, para establecer que la posesión de diez gramos, o menos, ya no se consideraba una infracción penal, sino que sería castigada con una multa de 100 francos suizos. Esta enmienda entró en vigor en octubre de 2013.
Situación actual del cannabis en Suiza
En 1997, se estimaba que unos 500.000 suizos consumían cannabis con regularidad, o de vez en cuando. El 7% de los individuos, con edades comprendidas entre los 15 y los 39 años, afirmaron que eran consumidores de cannabis en aquel momento. La aplicación de las leyes de prohibición del cannabis varían según el cantón (los veintiséis divisiones administrativas de Suiza), y es bastante tolerante en algunas áreas. El alcance de la aplicación de las leyes también puede variar debido a los frecuentes cambios que se han introducido en la legislación del cannabis durante los últimos veinte años, más o menos.
Durante la década de 1990, se produjo un “renacimiento” del cannabis en Suiza, y una avalancha de más de doscientas tiendas de productos de cáñamo abrieron sus puertas por todo el país, con nada más y nada menos que cincuenta en Zúrich solamente. En estas tiendas, básicamente se venden prendas de vestir, productos alimentarios y productos para el cuidado de la piel elaborados a base de cáñamo, pero pronto se hicieron famosas por la venta de pequeños paquetes de cannabis, etiquetados como un popurrí o un ambientador, con la advertencia de que el producto no estaba destinado al consumo.
En 2005, el propietario de una tienda de productos de cáñamo, James Blond, fue arrestado por vender paquetes de popurrí de cannabis en Zúrich, en el primer caso visto en el país. Fue declarado culpable de la venta ilegal, multado, y se le condenó a una pena suspendida de 14 meses. Como resultado, decenas de tiendas de cáñamo se cerraron durante el siguiente año, y la habitual presencia del cannabis disminuyó visiblemente.
El cultivo de cannabis en Suiza
La condena de 2005 fue un duro golpe para los miles de cultivadores de cannabis de Suiza, algunos de los cuales habían llegado al país desde Holanda y EE.UU. para beneficiarse de las leyes tolerantes con el cultivo de semillas por parte de las empresas de semillas comerciales. Incluso antes de 1995, había indicios de que el período de gracia había terminado: el popular criador Shantibaba (nombre real de Scott Blakey) fue detenido en Italia en 2003, y extraditado a Suiza por su participación en el cultivo a gran escala.
A pesar de la redefinición de las leyes de narcóticos suizas en 2007, en el país sigue habiendo una amplia y activa comunidad de cultivadores de cannabis, y quedan más de cien tiendas del sector del cáñamo abiertas al público.
Legislación, arrestos y sentencias relativas al cannabis en Suiza
La situación actual es la siguiente. A día de hoy, el cannabis que contiene más del 1,0% de THC es ilegal en Suiza. La producción y la venta de más de 4 kg de cannabis se clasifican como infracciones penales, y se castigan con un máximo de tres años de prisión, posiblemente con multas añadidas posteriormente. La producción y la venta de menos de 4 kg de cannabis también se clasifican como infracciones, pero se castigan sólo con multas.
En septiembre de 2012, se modificaron los reglamentos de 2007, de modo que la posesión de hasta diez gramos de cannabis ya no se considera una infracción penal, como sí ocurría antes. Aunque no está tipificado como un delito, sigue siendo sancionable con una multa de 100 francos suizos.
¿Cuál es el futuro del cannabis en Suiza?
Existe un fuerte movimiento a favor de la legalización en Suiza, y en general, la mayoría de los suizos mantienen una actitud contradictoria ante la aprobación del cannabis. Sin embargo, la despenalización en sí sigue siendo un tema controvertido, y los opositores afirman que las tasas de consumo en niños se dispararían si el cannabis estuviera ampliamente disponible. Ya en el año 2009/2010, se estimaba que el 24% de los niños suizos de entre 11 y 15 años habían consumido cannabis. Además de esto, los opositores citan el aumento de los índices de delincuencia, e inmigración, como otros motivos para denegar el acceso al cannabis.
Al parecer, estos son argumentos poderosos. A pesar de la gran presencia, inofensiva en general, de la cultura del cannabis en Suiza, han fracasado varios esfuerzos para despenalizar la planta. En 2004, una iniciativa parlamentaria no lo consiguió por poco. En respuesta, surgió un movimiento popular ese mismo año. En 2008, el asunto fue sometido a referéndum, y de todos los votantes, sólo el 36,7% votó a favor de la despenalización.
Comprar y consumir cannabis en Suiza
Es posible comprar cannabis de alta calidad, sin dificultad, en la mayoría de las zonas urbanas de Suiza, pero depende del cantón. En Berna, Basilea, Ginebra y Zúrich, en general, resulta bastante sencillo conseguirlo. Se recomienda restringir el consumo al interior de la propia casa, pero en muchas zonas es posible fumar discretamente en los parques públicos. Si se fuma en público, se aconseja no llamar la atención de los agentes de la ley, aunque según todos los indicios la policía está mucho más interesada en detener a los traficantes que a los fumadores.
Siempre es recomendable asegurarse un proveedor habitual de confianza, en lugar de comprar a los vendedores callejeros, como en cualquier país, pero en Suiza sí parece que uno podría tener mejor suerte comprando en la calle que en la mayoría de países (aunque como en cualquier otro sitio, los precios y la calidad puede ser algo inferiores). En Ginebra, hay varios lugares frecuentados por los vendedores, el Parque de San Juan (Parc du St Jean) y el Jardín Inglés (Jardin Anglais) son dos de esos puntos, pero se ha informado de que la presencia policial ha aumentado en estas áreas.
El cannabis suele venderse en bolsas de 50 francos, y si tienes suerte, deben contener 4-5 gramos de cannabis de alta calidad, pero si no la tienes, pueden contener mucho menos. Por lo general, el precio por gramo se sitúa en de 8 a 12 francos, dependiendo de la calidad, la ubicación y el proveedor.
Por Seshata