Durante los últimos años son muchos los cannabicultores que se sienten asediados por rateros y policía en el ejercicio de su derecho a cultivar cannabis para consumo propio. Es por este sentimiento de asedio por lo que algunos de ellos deciden apostar por salvaguardar mínimamente sus plantas realizando cultivos en invernadero. Al hallarse dentro del invernadero se dificulta su visión, así como la emisión al aire del potente aroma, que muchas veces delata su presencia. Evidentemente, el cultivo en invernadero no es la panacea ante tal asedio, simplemente reduce el riesgo de robos e incautaciones indeseadas pero no lo evita. En cultivos en zonas frías y húmedas del país, el uso de invernaderos se convierte en un arma a tener en cuenta a la hora de adelantar el inicio de la plantación y, por tanto, contribuye a conseguir un mayor tamaño de las plantas, que se termina traduciendo en una mayor producción por metro cuadrado cultivado.
En zonas templadas es muy común el uso de invernaderos en cultivos de cannabis invernales, pudiendo llegar a obtener hasta cuatro cultivos invernales escalonados de mes a mes. Ahora bien, en las zonas más frías, durante las primeras fases de cultivo todavía se pueden dar heladas de consideración, por ello los invernaderos han de estar bien orientados al sur y a ser posible bien resguardados de los fríos vientos del norte, ya que de esta forma se consiguen ganar unos grados de temperatura en frías noches de primavera. El inconveniente es el propio efecto invernadero, ya que en noches frías si se llegan a temperaturas inferiores a -4 ºC, en el interior del invernadero permanecerá esta temperatura hasta prácticamente media mañana, con el consiguiente peligro de congelación de las plantas. La mejor manera de prevenir heladas es permanecer siempre al tanto del clima, de tal forma que si vemos que va a helar podemos cubrir por la noche el invernadero con mantas viejas, esterillas, cartones, sacos, etc. Los fijamos bien para evitar que el viento se las lleve, y luego con la salida del sol las retiramos del invernadero para que el astro rey haga su trabajo y bañe en calor todo el invernadero. Para recubrirlo podemos utilizar cualquier tamaño de plástico de polietileno, sobre 25 micras es el ideal, pero nos sirve de cualquier galga, siempre teniendo en cuenta que cuanto más fino más sensible a roturas por viento.
Si disponemos de capital suficiente podemos instalar una calefacción al invernadero, e incluso una luz de apoyo para aumentar el fotoperíodo y potenciar el crecimiento de las plantas. Hay diversos tipos de calefacciones para invernadero. Las hay por suelo radiante mediante el enterramiento a no más de 15 centímetros de profundidad de cables calefactores que calientan la tierra y, por consiguiente, el interior del invernadero, al que se le instala un termostato para controlar la temperatura y que no suba en exceso. También la energía solar es una fuente de la que podemos aprovecharnos para calentar el invernadero por medio de colectores solares, tal y como funcionan los calentadores de agua solares; pero el inconveniente se presenta ante días muy fríos con ausencia de sol. En este caso, para lograr el aporte de calor necesario para un correcto desarrollo de la vida dentro del invernadero, podemos recurrir a la energía biotérmica, que es la energía obtenida de la fermentación del estiércol, ya que durante el proceso de compostaje se genera calor y humedad. Consiste en colocar estiércol en zanjas que se realizan bajo los pasillos del invernadero, los cubrimos con unas rejas caladas para que así pueda manar la fuente de calor y humedad hacia las plantas. En cuanto al apoyo de luz artificial, podemos utilizar lámparas de LED de bajo consumo, o bien recurrir a lámparas de vapor de sodio; les instalamos un reloj automático que encienda las luces cuando comience a reducirse la luz vespertina y las apague según la cantidad de horas que queramos que reciban.
Los invernaderos recubiertos con plástico reducen de forma considerable el intercambio de gases entre el interior y el exterior, con lo que con la llegada del calor se elevan las temperaturas de forma considerable y el aumento de la humedad relativa del interior puede producir un caldo de cultivo idóneo para el desarrollo de enfermedades criptogámicas, así como también parasitarias, sobre todo áfidos y cóccidos. Hay invernaderos ciertamente sofisticados que tienen coberturas con apertura, que favorecen el intercambio de gases con el exterior y evitan que se condense la evapotranspiración de las plantas y se pueda producir un ambiente demasiado estanco.
Los cannabicultores que viven en el sur, para reducir la fuerte solarización que sufren sus cultivos, pueden utilizar plásticos translúcidos que reduzcan la cantidad de luz que penetre en el interior o, en lugar de plásticos, también pueden instalar mallas para que el aire circule por el interior y se evite la aparición de hongos por ambiente estanco y altas temperaturas.
Existen en el mercado varios tipos de mallas dependiendo del uso, pero todas reducen la cantidad de luz, o lo que es lo mismo, tratan de reducir el porcentaje de energía que penetra por la cubierta de plástico, mejorando así el microclima del invernadero. Son mallas tejidas con monofilamentos de polietileno en su mayoría, y según la densidad de los hilos aumenta o disminuye el porcentaje de sombra que ofrecen. Las hay de color transparente-blanco, verdes, azules, negras…, y de diferentes funciones: las mallas de sombreo, antihierba, antitrip, mosquitera, antipájaros, etc. Yo me decanto más por las mallas mosquiteras o las antitrip, y a ser posible de color blanco, que favorezcan un sombreo de un 15% a un 30% todo lo más.
• Las mallas de sombreo pueden ser excesivas para cannabis, ya que es una planta a la que le gusta mucho el sol, y estas mallas reducen entre un 40% y un 90% más o menos dependiendo del fabricante.
• Las mallas antihierba nos pueden servir para cubrir el suelo de cultivo que quede libre, con ello se evita la aparición de hierbas adventicias; como sombreado no se puede utilizar, puesto que supera el 80% con creces, y eso es muy poca iluminación para que el cannabis se desarrolle con total normalidad.
• Las mallas antitrip son una buena opción, ya que además de sombrear el cultivo también evitan que plagas no deseadas como los trips se puedan instalar en el interior del invernadero, lo que supondría un trabajo extra para el cannabicultor, que deberá combatir cualquier tipo de plaga.
• Las mallas mosquiteras realizan la misma función que las mallas antitrip pero el tamaño de las rejillas es mayor, por lo que no evita la entrada de trips y otros insectos de tamaño similar. De todos modos, tener un estado sanitario adecuado de nuestro cultivo es la mejor vacuna ante el ataque de cualquier tipo de plaga.
• Las mallas antipájaros también son otra buena opción que favorece el sombreado de las plantas y evita la entrada de pájaros e insectos mayores, pero no la de insectos pequeños como pulgones, arañas rojas, trips, etc.
Otro inconveniente que conllevan los invernaderos tanto con plásticos como con mallas es la limitación de altura y anchura. Ello puede provocar en variedades gigantes que las sumidades floridas rocen con el plástico y se estropeen los cogollos por fricción; por ello es conveniente, cada mes y hasta el inicio de agosto, realizar podas de formación en las matas para que las puntas no alcancen los límites del invernadero y evitar que los cogollos se rocen con el plástico o malla de sombreo, ya que se estropean y quedan inservibles e infumables.
En el lado opuesto a las zonas de mucho frío tenemos las zonas de mucho calor en verano. En este caso, casi se hace inviable el uso de invernaderos si no podemos mantener los valores de temperatura dentro de unos parámetros normales para el crecimiento de cannabis. Esto nos lleva a tener que recurrir a técnicas o aparatos que ayuden a bajar la temperatura del interior del invernadero, entre ellos está el sombreado y la ventilación natural (de los que ya hemos hablado), la ventilación forzosa por medio de ventiladores mecánicos y la refrigeración por evaporación de agua. La interconexión de todos ellos en unos niveles aceptables es la causante de que se produzca cierto equilibrio en la temperatura del interior del invernadero y el desarrollo adecuado de las plantas que cultivemos en su interior, es decir, un elevado sombreado reducirá la fotosíntesis realizada por las plantas y, por lo tanto, se aletargará su crecimiento. Lo mismo ocurre con una elevada aireación, que conllevará una excesiva evapotranspiración de las plantas, causando desequilibrios hídricos importantes; y, por el contrario, tener una elevada humedad ambiental como consecuencia de refrigerar mediante vapor de agua conlleva un lento crecimiento y la posible aparición de enfermedades criptogámicas.
2 Responses
Hola,
es primera vez que voy a plantar en invernadero, y hay algunas dudas que tengo y espero puedas ayudarme. Acá (en Chile) está empezando el invierno por lo que decidí hacer un mini invernadero para solamente 3 plantas, en exterior. No entiendo lo de la ventilación, es más conveniente abrirle las puerta durante algunas horas del día, o generar un sistema de ventilación para que haya un cambio constante de aire?, a que hora es mas conveniente regar?, espero me ayudes,
saludos!
yo eh creado un pequeño invernadero con paled ymeah salido muy bueno con plastico de invernadero normal y tengo 3plantas fuera de epoca ycan muy bien saludos