Varios empresarios norteamericanos han pensado en cómo hacer de su consumo un buen negocio. El mercado del cannabis legal estaba valuado en 1,200 millones de dólares en el 2011; hoy en día vale más de 100 mil millones de dólares.
Cualquier consumidor de mariguana podría estar sentado en su sillón fumándola cuando el teléfono suena: es un amigo suyo, quien necesita que lo recojan del aeropuerto. No hay problema, porque este consumidor tiene un Buzzkill, uno de los muchos productos que están siendo desarrollados por la farmacéutica Hudson. Este tal Buzzkill hace que el tetrahidrocannabinol (TCH), sustancia de la mariguana que influye en el estado de quien la consume, sea metabolizado más rápido por el hígado; así, el consumidor vuelve a la sobriedad en pocos minutos.
Con esta idea en mente Mike Schereibman fundó la farmacéutica Hudson el verano pasado. Él, un ex ejecutivo de la cadena de televisión NBC, entendió que existía una oportunidad de negocio cuando un día comió demasiada salsa de chocolate con cannabis, y se dio cuenta que haría cualquier cosa para que el cuarto donde se encontraba dejara de dar vueltas.
Mike Schereibman es uno de los emprendedores que han compartido ideas en una reunión sobre el mercado del cannabis en Denver, Colorado, organizada por el grupo de inversionistas ArcView. Este grupo logró recaudar más de un millón de dólares para invertirlos en la industria de la mariguana. Independientemente de las plantas de mariguana adentro del salón, la reunión fue muy similar a cualquier otra organizada por inversionistas; había una gran atmósfera de camaradería, una sensación de que se debía construir una industria más que pelear una guerra.
En Estados Unidos, las condiciones para que surja un mercado formal de la mariguana parecen estar siendo creadas. En 1996, California se convirtió en el primer estado en legalizar la droga para uso médico, y 20 estados más en ese país han hecho lo mismo. Sin embargo, los cultivadores y comerciantes han batallado con las leyes federales y las políticas regulatorias.
En noviembre del 2012, Colorado y Washington se convirtieron en los primeros estados en legalizar esta droga por completo, no solo para uso médico. Y el mes pasado, el gobierno federal indicó que no prohibirá la experimentación con el cannabis sino hasta que esté completamente regulada. Poco tiempo después de esta declaración, Steve DeAngelo, uno de los fundadores de ArcView, fue contactado por tres inversionistas reconocidos, quienes previamente habían estado no del todo dispuestos a invertir en el cannabis. Ahora sí lo están.
Dado que parece que varios estados legalizarán la mariguana en los próximos años, ya varios emprendedores han pensado en cómo hacer de su consumo un buen negocio. El mercado del cannabis legal estaba valuado en 1,200 millones de dólares en el 2011, informó ArcView. Algunos estiman que hoy en día vale más de 100 mil millones de dólares.
Según Steve Berg, un consejero de ArcView, la mayoría de los inversionistas todavía temen de cualquier negocio relacionado con la marihuana. Por ello la presencia de negocios complementarios en ArcView es fuerte, en los cuales los riesgos, al igual que las ganancias, son más bajos: desde extractores de aceite de cannabis hasta una podadora eléctrica de plantas.
Los participantes de la reunión organizada por ArcView compartieron opiniones sobre la forma que tomará la industria del cannabis. Algún día, enrollar un cigarrillo de mariguana cosechada en casa será tan inusual como hornear pan, sugiere Mike Schreibman (quien pese a su experiencia con la salsa de chocolate con cannabis, nunca la ha fumado). Otros creen que los cosméticos y remedios herbales de marihuana serán todo un éxito. Adam Cohen, quien inició un fondo de inversión para el cannabis el año pasado, cree que una vez que se extienda el uso medicinal de la droga, el gobierno federal se verá forzado a reclasificarla.
Inevitablemente, algo se ha perdido mientras Wall Street da un paso hacia el mercado de la marihuana. Un inversionista veterano de ArcView recuerda una encantadora pero irremediable presentación hecha por dos emprendedores y consumidores de marihuana que construyeron un artefacto para convertir un vaso de Starbucks en pipas de agua. La futura industria del cannabis no tendrá lugar para este tipo de innovaciones y será mucho menos entretenida que este tipo de ideas.
Fuente Sexenio