Chile.- Corte Suprema dio luz verde a la empresa Agrofuturo para continuar trámites para importar y cultivar semillas de cannabis para encarar enfermedades terminales, pese a innumerables restricciones del Servicio Agrícola Ganadero (SAG). Ahora sólo resta conseguir la autorización del Instituto de Salud Pública (ISP), quien debe autorizar su validez farmacológica.
Tras largas tratativas judiciales, la empresa Agrofuturo, ubicada en Los Ángeles, Región del Bío Bío, podrá continuar adelante con su anhelado proyecto de investigación clínica sobre las diversas propiedades medicinales que posee la planta de marihuana y su comercialización bajo el formato de fármacos, objetivo que estuvo entrampado durante varios meses, ya que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) les denegaba el permiso para cultivar esta planta.
Un fallo de la Corte Suprema, del 7 de octubre de este año, autorizó a Agrofuturo a seguir adelante con los trámites para importar y cultivar la yerba que se podría comercializar en bolsitas de infusiones con base de cannabis, cuyo fin es paliar el dolor en enfermos terminales de cáncer, Sida y esclerosis múltiple.
Álvaro Gómez, gerente general de la empresa, sostuvo que “estamos muy contentos y conformes con la resolución del Tribunal”, que validó la solicitud presentada para fines exclusivamente terapéuticos y, por otro, denegó los argumentos del SAG que apuntaban a impedir el desarrollo del proyecto.
Según Gómez, en Agrofuturo (única empresa en Chile autorizada para desarrollar estos estudios con marihuana) ahora están abocados a preparar líneas de trabajo específicas para cumplir con los requerimientos del Instituto de Salud Pública (ISP), necesarias para obtener los derechos de importación de las semillas y comenzar con los estudios médicos pertinentes que acrediten que el uso de la cannabis contribuye a disminuir los dolores en enfermos terminales. Están a la espera de lo que decida elISP.
CÓMO SE GESTÓ LA BATALLA
Para esa empresa no fue fácil conseguir que las autoridades permitieran el desarrollo de sus investigaciones, ya que debieron enfrentarse a cuestionamientos de organismos públicos y de sectores de la opinión pública. La desinformación y el prejuicio jugaron su rol, junto con disposiciones legales acerca del consumo de la marihuana.
Representantes de la entidad habían presentado en dos ocasiones una solicitud de permiso de siembra, plantación, cultivo y cosecha de especies vegetales del género Cannabis, exclusivamente para fines medicinales.
En la primera, en agosto de 2009, recibieron la respuesta de la Intendencia del Bío Bío en el sentido de que no existían antecedentes que permitieran impedir la solicitud, por lo que el SAG de esa región autorizó la moción.
Sin embargo, en septiembre de ese mismo año, el SAG revocó su decisión argumentando que existía una disposición del ISP que desconocía la existencia de solicitud en el Registro Sanitario de Fitofármacos, lo que según la empresa era una artimaña, ya que toda la documentación correspondiente había sido presentada en las instancias legales pertinentes.
De acuerdo a un comunicado oficial de Agrofuturo de esa fecha, se sostuvo que estas acciones “respondían a la existencia de profundas divergencias y descoordinaciones entre estos organismos públicos, pues no es explicable que uno autorice el cultivo en el Bío Bío y desde la Región Metropolitana un organismo distinto obligue a revocar esta misma resolución, constituyéndose una actuación arbitraria e ilegal”.
Posterior a esto, la empresa nuevamente presentó una nueva solicitud en diciembre de 2010, cuya autorización fue otorgada el 31 de enero de 2011, pero nuevamente el SAG revocó la autorización.
Tras presentar un recurso antela Corte Suprema, se logró que fuera reconocida y validada la autorización obtenida en enero y se diera orden de proseguir con los debidos trámites para obtener el permiso de comercializar los productos medicinales.
En todo caso, el fallo no autoriza a la empresa a cultivar cannabis, sino que establece que Agrofuturo debe ser citado a una audiencia por parte del SAG, para escuchar sus fundamentos para solicitar el permiso y ahí decidir si es revocable o no la decisión de la institución pública.
LOS ALCANCES REALES DE ESTA DECISIÓN
Pese a que esta autorización se centra en el estudio y trabajo de cultivo para fines medicinales, claramente se presenta como una puerta para lograr que la marihuana en su totalidad sea despenalizada ya sea para cultivo personal o comercial.
Según Marcelo Mora, de la agrupación Cultiva tus Derechos, “esto es un fuerte indicio para abrir un debate nacional donde se expongan los reales alcances de los beneficios de la marihuana para nuestra salud y aclarar la gama de mitos que existen frente al consumo de esta hierba, que por lejos es una de las más beneficiosas para nuestro organismo”.
En tanto, la directora del Servicio Nacional de Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda, ex Conace), Francisca Florenzano, en conversación con un noticiero radial, sostuvo que como institución no patrocinarán “ningún tipo de moción como ésta, ya que en términos generales los beneficios que la empresa dice obtener de la planta de marihuana ya se encuentran en una serie de otros medicamentos, como es el caso de la homeopatía”.
Este tema tendrá diversas repercusiones, ya que aún no existe certeza si Agrofuturo logrará definitivamente la autorización para cultivar marihuana para los fines medicinales, sentando un precedente que augure la despenalización formal de la planta de cannabis, o se persistirá en las restricciones.
Por Claudia Pedreros Saá
Fuente El Ciudadano