La postergación de una definición acerca del cannabis en el Congreso de México hace que 92 productos queden a la espera de una aprobación.
En abril pasado, el Senado de México no estuvo a la altura de aprobar una ley sobre producción, distribución, expendio y consumo de cannabis en todos sus usos.
Sí, también consumo de productos derivados del cannabis.
La discusión quedó postergada, quizás hasta septiembre, y con ello, se aplazaron también todas las expectativas, no sólo de usuario, sino también de emprendedores.
El periódico Expansión da cuenta de este problema, en el que la legalización tardía frena la aprobación de 92 patentes de productos de cannabis.
Las solicitudes para las patentes de productos hechos con cannabis se han incrementado rápidamente en México, desde que se aprobó el uso medicinal de la planta en 2016.
No obstante, la nueva reglamentación aprobada en enero de este año, ha puesto freno de mano al desahogo de las patentes, retrasando el lanzamiento de nuevos productos.
La normativa fue publicada el 12 de enero por la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de México.
La misma trata aspectos relacionados con la regulación, control, fomento y vigilancia sanitaria de productos con cannabis como materia prima, sus derivados farmacológicos y los medicamentos.
Hasta ahora, el Instituto de la Propiedad Industrial (IMPI) de México cuenta con cerca de 92 procesos para el registro de patentes de productos con la palabra cannabis.
Están relacionadas con tratamientos para la epilepsia, amiloidosis y hasta procesos de extracción del cannabis, cuando en 2015 eran solo seis.
También hay solicitudes para 203 marcas para tiendas, organizaciones, programas educativos de radio y televisión y productos cosméticos entre otros.
El reglamento publicado por las autoridades en el Diario Oficial de la Federación (DOF) de México da luz verde a la investigación médica sobre productos de cannabis.
Los mismos se tienen que desarrollar bajo los protocolos creados para las farmacéuticas, es decir, los productos deben contar con una investigación clínica extensa.
México quiere ofrecer sus productos con cannabis
Janko Ruiz de Chávez, director y fundador de CBD Life, explica que hay una falsa creencia sobre el registro de patentes.
Es que hay quienes consideran que como el cannabis ya existía no se puede realizar este trámite, cuando lo que se registra es la combinación exacta de ingredientes para una indicación terapéutica.
“Por el grado médico de investigación, si se une una molécula del cannabis con otra, debe pasar por el Comité de Moléculas Nuevas y registrarse como nueva patente”.
“Si ya existe, como el Epidiolex, se puede hacer un genérico. Pero, en cualquiera de los dos casos, sí se está considerando pasar por el Comité para registrar nuevos productos”, explica.
El ejecutivo de la firma que comercializa el bálsamo Marigüanol, considera que en México sí se pueden crear distintos medicamentos de patente a base de cannabis.
Además de que quienes entren en esta industria pueden aprovechar el alcance internacional con los permisos que emite la Cofepris.
Mas allá del registro de patentes para medicamentos de cannabis, expertos del sector consideran que las empresas enfrentarán retos en la investigación médica.
Los mismos estarán ligados a protocolos creados para las empresas farmacéuticas, es decir, considera registros muy estrictos que se desarrollan a largo plazo.
En tanto, el potencial para el cannabis medicinal en México está en la mesa.
El mercado alcanzará un valor de 50 millones de dólares hacia 2024, desde un valor estimado en 3,5 millones de dólares este año, de acuerdo con la consultora alemana Statista.
Propiedad intelectual de productos con cannabis de México
El registro de productos hechos a partir de cannabis, y que no necesariamente están dentro de la industria farmacéutica, ha ido en aumento desde 2016 en México.
Se espera que tenga un crecimiento exponencial una vez que el Congreso de la Unión saque de la congeladora la Ley para legalizar el uso lúdico e industrial del cannabis, en septiembre próximo.
El presidente de la Alianza Latinoamericana de la Cannabis (Alcann), Jiangsu Wonpeg, también director general de CannaLife, considera que la industria ha crecido sin una reglamentación.
Basta ver el aumento en la participación de individuos, empresas y marcas relacionados con los temas cannábicos.
La consultora de ClarkeModet, Paulina Aguilera, considera que, como parte de la tendencia global, en México habrá un crecimiento acelerado en el número de solicitudes para generar propiedad intelectual alrededor del cannabis, una vez que la legislación sea aprobada.
En el mundo, detalla, la solicitud de registros se duplicó de 2015 a 2020 y pasó de 4.000 a 8.000 expedientes, no sólo para anotar productos.
“Es claro que la legalización del uso médico sí influyó en el número de solicitudes de patente presentadas”.
“Lo que quiere decir que los solicitantes ven en México un mercado potencial para comercializar sus productos y se van a crear más áreas de oportunidad para desarrollar soluciones alrededor del uso del cannabis”, puntualiza.
La especialista declara que si bien existen solicitudes dirigidas a diversos sectores, la mayoría están enfocadas en los usos terapéuticos y preparaciones médicas con cannabionoides.
Luego vienen los usos químicos relacionados con los procesos de extracción y purificación del cannabis.
Respecto a las patentes relacionadas con el cannabis medicinal, Aguilera explica que una vez que el IMPI otorga los derechos de las patentes, es Cofepris quien se encarga de otorgar la autorización para la comercialización.
Es aquí en donde los jugadores del sector deberán cumplir con las reglas publicadas en enero.
Por ahora, la industria está a la espera de la aprobación de la Ley una vez que inicie el próximo periodo legislativo.
En tanto, la Suprema Corte de Justicia no ha hecho llamado a los legisladores para aprobar la legislación, que tenía como fecha límite el pasado 30 de abril.
Los jugadores del sector y activistas estiman que México tiene potencial para desarrollar un mercado con un valor de 5.000 millones de dólares y crear hasta 75.000 puestos de trabajo una vez que se apruebe la Ley.