Existen alternativas más económicas y sostenibles para la salud de tus plantas, nos referimos a los abonos caseros.
Cuando se trata de nutrir nuestras plantas, una opción común es comprar abonos comerciales de fabricantes especializados. Sin embargo, ¿sabías que existen alternativas más económicas y sostenibles? Nos referimos a los abonos caseros, una opción que permite aprovechar residuos orgánicos y obtener muchos más beneficios para nuestras plantas.
Además, los abonos caseros pueden mejorar la actividad microbiana del suelo, aumentar la retención de nutrientes y la fijación del carbono en el suelo, y mejorar la absorción de nutrientes. En este artículo, te presentaremos una selección de las mejores alternativas caseras que puedes hacer fácilmente en casa.
Abonos caseros: Una alternativa natural y efectiva para nuestras plantas
Estos abonos están hechos a base de residuos orgánicos que, en lugar de terminar en la basura, se transforman en nutrientes beneficiosos para nuestras plantas. Además, los abonos caseros pueden mejorar la calidad del suelo, aumentando su actividad biológica y mejorando su estructura.
Cáscaras de huevo
Las cáscaras de huevo son un abono casero muy fácil de hacer y extremadamente beneficioso para nuestras plantas. Además de aportar una buena dosis de calcio, que es un nutriente esencial para el crecimiento y desarrollo saludable de las plantas, también pueden mantener alejados a algunos insectos como babosas y caracoles.
Una de las principales ventajas de usar cáscaras de huevo como abono es que son ricas en calcio, un nutriente vital para el crecimiento de las plantas y que a menudo está ausente en suelos con agua blanda.
La falta de calcio puede causar deformidades en las hojas y las raíces, lo que puede limitar la capacidad de la planta para absorber nutrientes y producir cogollos.
Además de su valor nutricional, las cáscaras de huevo también son útiles como repelente natural de babosas y caracoles.
Esto se debe a que estos insectos no pueden deslizarse sobre las superficies duras y afiladas de las cáscaras de huevo, lo que les impide llegar a las plantas y causar daños.
Para utilizar cáscaras de huevo como abono, es importante dejarlas secar durante unos días antes de triturarlas. De esta manera, se asegura que se puedan triturar con facilidad y se puedan esparcir uniformemente sobre el sustrato.
Una vez trituradas, simplemente espolvorea un poco sobre el sustrato, haciendo un anillo alrededor de la planta.
Té de plátano
El té de plátano es uno de los abonos caseros más populares y efectivos para nuestras plantas. Esta fruta es muy rica en potasio, un nutriente que es esencial para el correcto desarrollo y crecimiento de nuestras plantas durante la fase de floración.
Además, el té de plátano también contiene otros nutrientes importantes como el fósforo y el magnesio.
Para preparar el té de plátano, se necesitan tan solo 5 cáscaras de plátano y un litro de agua. Se debe cortar las cáscaras de plátano en trozos pequeños y añadirlos al agua hirviendo.
Se deja infusionar durante unos 15 minutos a fuego fuerte para que los nutrientes se liberen y se mezclen con el agua. Después, se debe colar el té para retirar las cáscaras y se añade dos litros de agua más al agua con las cáscaras infusionadas.
Una vez que el té de plátano esté listo, se puede aplicar directamente a las plantas.
Este té es muy beneficioso para el desarrollo de nuestras plantas y ayuda a mejorar el sistema radicular, lo que se traduce en una mayor absorción de nutrientes y en una planta más fuerte y resistente.
Además, el té de plátano también tiene propiedades fungicidas y bactericidas, lo que lo hace ideal para prevenir y combatir ciertas enfermedades en nuestras plantas.
Para aplicar el té de plátano, es recomendable regar directamente la planta con la mezcla. Lo ideal es aplicarlo una vez por semana durante la fase de floración para que nuestras plantas puedan aprovechar al máximo los nutrientes que contiene.
Cenizas de madera
Las cenizas de madera son un abono casero rico en nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Contienen grandes cantidades de potasio y calcio, dos nutrientes importantes para el fortalecimiento de las células de la planta y para la producción de flores y frutos.
Además, las cenizas también aportan otros nutrientes como sílice, magnesio, fósforo, azufre y nitrógeno, aunque en menor concentración.
Para utilizarlas, es importante recoger las cenizas de una chimenea, barbacoa o de la quema de rastrojos, una vez que se hayan enfriado por completo.
De esta forma, se asegura la conservación de sus propiedades.
Las cenizas se pueden espolvorear directamente sobre la superficie del sustrato alrededor de la base de la planta, o bien, se pueden mezclar con el sustrato antes de plantar.
Es importante no abusar de la cantidad de cenizas, ya que su alto contenido en sales puede ser perjudicial para las plantas.
Además de aportar nutrientes, las cenizas de madera también tienen propiedades fungicidas y ayudan a controlar enfermedades fúngicas en las plantas.
Por otro lado, su alto contenido en potasio las convierte en un abono especialmente indicado para plantas que se encuentran en la fase de floración, ya que este nutriente favorece la formación de cogollos.
Abono verde
El abono verde es una opción muy interesante para aquellos que buscan mejorar la calidad del suelo de forma natural.
Además, esta técnica nos permite aprovechar un espacio que de otra manera estaría vacío hasta la temporada de cultivo.
Los beneficios del abono verde son muchos: aumenta la materia orgánica del suelo, lo que mejora su estructura y reduce la erosión. También disminuye la lixiviación de nutrientes, favoreciendo su retención en el suelo. Y además, aumenta la actividad microbiana, lo que favorece la absorción de nutrientes por las plantas.
Entre las plantas más comunes para realizar el abono verde encontramos las leguminosas, como los guisantes o las habas, ya que fijan el nitrógeno atmosférico y lo liberan en el suelo en forma de amonio, un nutriente muy importante para las plantas.
Además, estas plantas crecen rápidamente y su sistema radicular es muy desarrollado, lo que ayuda a mejorar la estructura del suelo y a aumentar la porosidad del mismo.
Para utilizar el abono verde, lo ideal es sembrar las plantas entre una y dos semanas antes de la fecha de siembra de las plantas que deseamos cultivar.
Después, se dejan crecer durante unos 60 días antes de ser incorporadas al suelo. Se recomienda cortar las plantas a ras de suelo y dejarlas sobre el terreno durante unos días antes de removerlas, para que el suelo tenga tiempo de absorber los nutrientes liberados por las raíces en descomposición.
De esta forma, estaremos aprovechando al máximo los beneficios del abono verde para nuestras plantas.
Estiércol de gallina
El estiércol de gallina es un abono orgánico muy utilizado en la agricultura ecológica debido a su alto contenido en nutrientes.
Es rico en nitrógeno, fósforo y potasio, elementos esenciales para el crecimiento y desarrollo de nuestras plantas.
Sin embargo, este tipo de estiércol es muy fuerte y puede quemar las raíces de las plantas si se usa en grandes cantidades o sin diluir.
Una buena opción para utilizar el estiércol de gallina es hacer un purín, que es una solución líquida concentrada que se obtiene a partir de la fermentación del estiércol en agua.
Para hacerlo, necesitaremos un recipiente grande en el que añadiremos una parte de gallinaza y dos partes de agua. Removemos bien la mezcla y tapamos el recipiente para evitar que entre aire.
Durante los siguientes 10 días, removeremos la mezcla una vez al día para favorecer la fermentación y evitar malos olores.
Pasado este tiempo, colamos el purín y diluimos una parte del purín resultante en 10 partes de agua. De esta forma, tendremos un abono líquido más suave y menos concentrado que podremos utilizar para regar nuestras plantas.
El purín de gallinaza es muy rico en nitrógeno, por lo que es especialmente útil para la fase de crecimiento de nuestras plantas.
Purín de ortigas
El purín de ortigas es un abono casero muy popular por su facilidad de elaboración y sus múltiples beneficios para nuestras plantas.
Esta mala hierba es rica en nutrientes como el nitrógeno, el hierro, el calcio, el fósforo y el silicio, lo que la convierte en un ingrediente ideal para elaborar un fertilizante natural y efectivo.
Además, el purín de ortigas tiene propiedades fungicidas y repelentes de plagas, lo que lo hace aún más interesante.
Para elaborar el purín de ortigas, necesitamos 100 gramos de ortigas frescas por cada litro de agua. Primero, cortamos las ortigas en trozos pequeños y las ponemos en un recipiente grande.
Añadimos el agua y removemos bien para que las ortigas queden sumergidas. Tapamos el recipiente y lo dejamos reposar durante 10-15 días, removiendo la mezcla una vez al día.
Después de este tiempo, colamos la mezcla para separar las ortigas del líquido.
El purín resultante lo podemos usar diluido en agua en una proporción de 1:10 para el riego de nuestras plantas. Es importante tener en cuenta que el purín de ortigas es muy concentrado, por lo que es necesario diluirlo para evitar quemaduras en las raíces de nuestras plantas.
Además, es recomendable aplicarlo en la fase de crecimiento, ya que el alto contenido en nitrógeno puede favorecer el crecimiento vegetativo de nuestras plantas.
Té de patata
El té de patata es un abono casero muy fácil de hacer en casa, porque se utiliza un producto que suele ser un desecho en cualquier hogar: las pelas de patata.
Aunque su contenido en potasio es menor que el del té de plátano, sigue siendo un abono natural interesante para nuestras plantas.
Para preparar el té de patata, necesitamos hervir las pelas de unas 6 patatas en un litro de agua durante unos 5 minutos.
Una vez que haya hervido, retiramos del fuego y dejamos reposar durante unas 2 horas. Luego, colamos las pelas y el agua resultante ya estará lista para usar en nuestras plantas.
Al tener un contenido de potasio más bajo que otros abonos caseros, como el té de plátano, podemos usar el té de patata directamente sin necesidad de diluirlo en agua. Simplemente, lo añadimos a la tierra alrededor de nuestras plantas.
Es importante destacar que el té de patata es un abono natural y casero, pero no debe ser el único que usemos para nuestras plantas.
Es recomendable combinarlo con otros abonos caseros para asegurarnos de que nuestras plantas reciben todos los nutrientes que necesitan
Conclusión
El uso de abonos caseros no solo es una alternativa natural y efectiva para nuestras plantas, sino que también es una forma de aprovechar residuos orgánicos comunes en nuestra casa.
Estas prácticas no solo reducen la cantidad de residuos que generamos, sino que también promueven un cultivo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Además, al utilizar abonos caseros, podemos obtener plantas más sanas y fuertes, con flores y frutos más grandes y sabrosos. ¡No esperes más para probar estos métodos y darle a tus plantas el cuidado que se merecen!
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