En este artículo os hablaremos de una serie de insectos que nos pueden echar una mano a la hora de mantener el cultivo libre de plagas.
Es por ello que jamás se deben matar. Si encontramos alguno en nuestras plantas, posiblemente esté cazando. Y en todo caso a quien no le guste tenerlos en las plantas, siempre tiene la opción de alejarlo de buenos modos.
Mariquitas
Es uno de los insectos más adorables, perteneciente al orden de los coleópteros o comúnmente conocidos como escarabajos. Poseen unos típicos puntos de color negro sobre fondo rojo, amarillo, blanco o naranja, aunque los puntos también pueden ser blancos o rojos sobre fondo de otro color, siempre muy visibles y llamativos.
Existen aproximadamente unas 6000 especies de mariquitas. Y en general, todas ellas se alimentan de otros insectos como pulgones, cochinillas, larvas de moscas y muchos otros considerados como plagas de la agricultura.
De hecho, su uso en el control de plagas se remonta a unos 2000 años atrás. Además, unas pocas, como la común mariquita amarilla o de veintidós puntos, se alimentan de hongos como mildiu, oídio…
Sus llamativos colores son un arma disuasoria para sus depredadores naturales como lagartos, pájaros o arañas. Algunas de hecho segregan una sustancia tóxica si se ven amenazadas por estos.
Una sola hembra de mariquita puede tener más de un millón de crías a lo largo de su vida. Y una mariquita desde su fase larvárea hasta su muerte, si se produce de manera natural, puede llegar a comer más de mil insectos en un solo verano.
Si encuentras alguna mariquita, con cuidado cógela y déjala en alguna de tus plantas. Si tiene alimento, permanecerá en ella.
Arañas
Todas las arañas son depredadoras y solitarias. La araña roja, una de las peores plagas a las que puede hacer frente un cultivador de cannabis, es en realidad un ácaro, así que no tienen nada que ver una con otra.
Las arañas no representan ningún peligro para las plantas, sea cual sea su tamaño o color. Grandes, medianas, pequeñas, verdes, blancas, rojas, amarillas y negras, negras, marrones… unas harán telarañas para capturar a sus presas, otras acechan y las cazan in fraganti.
Pero en cualquier caso todas ellas inofensivas. Como mucho pueden llegar a estropear alguna hoja haciendo su guarida, pero nada grave a cambio de los cientos de insectos malignos que pueden llegar a atrapar y comer.
Crisopas
Las crisopas son unos pequeños insectos con alas del orden neuroptera y que rara vez superan los 2 cm de longitud.
Su cuerpo es de un color verde pálido, sus ojos son dorados o amarillo cobrizo, y sus alas transparentes están marcadas por una venación fácilmente visible.
La mayoría de especies de crisopas son de hábitos nocturnos, con muy pocas diurnas. Habitan zonas de gran vegetación y cultivos agrícolas. Es muy común verlas también en jardines.
Las hembras realizan puestas de huevos sobre los troncos de los árboles o sobre hojas. Cada huevo posee un pedúnculo o largo filamento por medio del cual queda adherido y que los protege de depredadores.
La mayoría de especies adultas se alimentan de secreciones, con tan solo una minoría que son depredadores. Pero para las plagas, las realmente peligrosas son sus larvas.
Estas se alimentan con gran voracidad de prácticamente cualquier insecto considerado plaga, como pulgón, ácaros, larvas de mariposas…
Es un insecto muy común, también en ciudades. Pero resulta complicado convencerlas para que realicen sus puestas de huevos en nuestras plantas. Si lo hacen, las larvas en muy pocos días pueden terminar con la peor de las plagas, especialmente de pulgón.
Avispas
No es uno de los insectos que a cualquiera le guste tener cerca, pero lo cierto es que muchas de las especies de avispas más comunes son de gran ayuda en la agricultura.
Algunas son depredadoras de insectos como el pulgón, ácaros y hasta orugas. Otras, en cambio, son parasitoides, es decir, que la hembra de avispa deposita cada huevo en el interior de un insecto como pueden ser un pulgón o una oruga.
En algunos casos el insecto queda paralizado. En otros, continúa alimentándose con el huevo en su interior. En cualquiera de los casos, cuando eclosiona el huevo, la larva de avispa mata y se come al insecto parasitado.
Mantis religiosa
La mantis es famosa porque la hembra se come al macho después de la cópula. Y tampoco tiene problemas en comerse a sus crías.
Es un insecto de un tamaño generalmente entre 6 y 8 cm, tórax largo, antenas delgadas, y dos grandes ojos compuestos y tres ojos simples pequeños entre ellos.
Sus patas delanteras las mantiene recogidas frente a la cabeza y cuentan con espinas con la que atrapar a sus presas. Su color puede variar del verde al pardo con diferentes matices dependiendo de dónde ha realizado su última muda. Por ejemplo, presenta un tono pardo si fue en paja seca, o un color verde si fue en hierba fresca.
La mantis religiosa es un depredador nato. Permanece inmóvil acechando a su presa. Su cabeza puede girar 180º, lo que le permite tener una visión periférica sin moverse.
En su dieta entran desde orugas, hasta saltamontes, mariposas o pulgones. En la cultura popular se considera equivocadamente a la mantis religiosa como un insecto peligroso y venenoso. Pero es totalmente inofensiva y beneficiosa.
En ocasiones, alguna se establece en una planta de marihuana y permanece en ella durante meses. Cuando esto sucede, lo mejor es dejarla tranquila.
Orius
Orius es un género de insectos pertenecientes a la familia Anthocoridae. Estos insectos son hemípteros heterópteros y suelen encontrarse en jardines y campos.
Los adultos de Orius tienen una longitud que oscila entre 2 y 5 mm. Son depredadores y se alimentan principalmente de ácaros como la araña roja, trips o mosca blanca.
Aunque es un insecto que puede producir picaduras dolorosas en los humanos, estas no son venenosas. Algunas especies de Orius se crían comercialmente y se venden a agricultores en programas de control biológico de plagas.