Esperamos, para el 2012 un cambio en las políticas públicas llevadas a cabo por el gobierno uruguayo sobre drogas. Los dos proyectos de ley que pretenden cambiar la legislación actual serán tratados en el parlamento el año que viene y ambos incluyen la legalización del autocultivo.
Actualmente en Uruguay rige la Ley17.016 la cual permite el consumo, pero no el cultivo, cosecha ni comercialización de ninguna planta de la que pueda extraerse “estupefacientes u otras sustancias que determinen dependencia física o psíquica.”
Esta ley prohíbe también, producir, importar, exportar, introducir en tránsito, distribuir, transportar, tener en poder (salvo para el consumo personal), ser depositario, almacenar, poseer, ofrecer en venta o negociar de cualquier modo, y quien así lo haga, será castigado con penas de veinte meses de prisión a veinte años de penitenciaría.
Mientras que toda persona que tuviere en su poder una “cantidad razonable para el consumo”, queda exento de pena, librada la decisión, a la convicción moral del juez de la causa.
Como podemos observar la propia ley es incoherente: ¿cómo es posible que una persona pueda consumir algo, sin tener la posibilidad de adquirirlo?
Porque, aunque la ley admite el consumo para los casos que el juez de turno lo desee, no permite ninguna forma de adquisición de droga, cualquiera esta sea.
El consumo -según la constitución de nuestro país- forma parte de las acciones privadas de los ciudadanos y por no atacar el orden público ni perjudicar a terceros, están exentas de la actividad de los magistrados. Por lo tanto, como menciona Gianella Bardazano en su trabajo “Se presume Culpable”, admitir: “una cantidad razonable destinada exclusivamente al consumo personal” constituye una forma encubierta de penalizar la posesión de drogas para el consumo; cuando se está dejando librado a la convicción del juez la decisión de establecer para cada caso especifico, cuanto es una cantidad razonable.
Esto ha llevado a incongruencias e injusticias a lo largo de los años, por ejemplo: la sentencia 235/2008 (confirmada por el Tribunal de Apelaciones del 1er Turno) de castigar a dos poseedores de 11,42 y13,79 gramos, mientras que otra sentencia 94/95 (del Tribunal de Apelaciones del 3er turno) absuelve a un poseedor de110 gramos por considerar en este caso, que eso era para el consumo personal.
(Debemos considerar que la primera sentencia mencionada es del 2008 -donde regíala Ley17.016, supuestamente más adecuada y permisiva al consumo-, y en la segunda sentencia, todavía estaba vigentela Ley14.294, que consideraba “una cantidad mínima para el consumo personal”)
Lo que podríamos preguntar y definir es: ¿cuánto es una “cantidad razonable para el consumo”?
Aquí radica el principal problema de la legislación uruguaya. No establece cantidades de forma explícita.
Aunque lo óptimo sería, la liberalización total de todas las drogas para permitir la libre elección y desarrollo personal en un ámbito democrático, el primer paso para terminar con las injusticias e incoherencias en materia judicial y carcelaria, sería establecer qué cantidades son las admitidas para el consumo personal.
Existen actualmente en el Parlamento, dos proyectos de ley para regularizar el tema drogas en nuestro país.
Uno impulsado por el actual Presidente dela Cámarade Diputados Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, y otro por el diputado Sebastian Sabini del Movimiento de Participación Popular del Frente Amplio.
Ambos proyectos proponen entre otras cosas: la despenalización del cultivo de cannabis, a través de la modificación de la actual ley.
El primero de los proyectos no establece cantidades, lo que podría llegar a presentar el mismo problema que la actual legislación, ya que sigue dejando a discreción del juez la decisión de penalizar al individuo.
El segundo proyecto establece como límite: 8 plantas para el autocultivo, y25 gramospara la tenencia o posesión de marihuana. Este proyecto pone límites y reconoce la magnitud del consumo de marihuana en Uruguay, estableciendo el respeto a las libertades individuales que cualquier régimen democrático debería incluir. Propone también -al modificar el Artículo 40 de la ley14.294- tratar y atender a todas las personas con problemas de adicción, creando para ello, comisiones que promuevan la información y educación sobre toda esta temática.
Otras novedades de este proyecto son la creación de Clubes de Cultivadores, y la prohibición de la marihuana prensada, medida que desestimularía el narcotráfico.
Que este tema haya ingresado en la arena parlamentaria, y que esté en debate el autocultivo resulta ser un paso muy grande para aggiornar la actual legislación uruguaya y para ampliar las libertades de los ciudadanos, y son acciones imprescindibles para mejorar el desempeño democrático de nuestra sociedad.
Está demostrado a nivel mundial, que el prohibicionismo ha fracasado rotundamente desde que se instauró a principios del siglo XX.
A partir de ahora lo que resta es esperar a que los distintos gobiernos del mundo vayan adaptando las distintas legislaciones a la realidad del consumo de drogas, ya que forma parte de los principales derechos del ser humano, la autodeterminación y la libre elección.
A pesar de ello debemos aceptar que el consumo problemático de drogas implica, un problema para todas la sociedades del mundo y genera cuantiosos gastos en materia de salud pública y seguridad.
El hecho despenalizar la tenencia, no estigmatizaría al consumidor y podría contribuir a que aquellos consumidores con problemas pierdan el miedo y pudieran en consecuencia, acercarse a los distintos centros de ayuda permitiendo el tratamiento y atención a tiempo de situaciones que de otra forma, podrían ser irreversibles.
La Junta Nacionalde Drogas, ya está incorporando políticas de reducción de daños para consumidores problemáticos, pero las mismas deben estar configuradas con apoyo político explicito, y sobre todo por una legislación que respalde los derechos del consumidor.
Es a través de la educación que se debe combatir el consumo problemático. La educación permite al consumidor una libre elección, desde una decisión fundada en el criterio personal responsable, y permite valorar adecuadamente opiniones y/o juicios de valor – promovidos desde algunos medios de comunicación, que muchas veces basados en la ignorancia, contribuyen a la estigmatización del consumidor, asocian delincuencia con consumo y criminalizan el consumo de drogas, a pesar de que este esté permitido por ley-.
Así es que para principios del 2012, esperamos que estos temas sean abordados en el Parlamento y se atiendan las principales propuestas.
Desde ya estamos confiados en que nuestros legisladores van a optar por la mejor alternativa, aquella que permita la libre elección de todos los ciudadanos, y sobre todo que apueste a la educación tanto sobre el consumo de la marihuana como de otras drogas más problemáticas. A través de una ley basada en preceptos científicos, democráticos y republicanos; que promueva la autodeterminación y autonomía personal.
Por eso podemos esperar en Uruguay para el año que viene el fin del prohibicionismo y…….., a cultivar se ha dicho!
Octubre 2011,
Juan Manuel Varela