Matar una planta de cannabis, en nuestro post de hoy os hablaremos de 10 maneras involuntarias de hacerlo.
Cultivar cannabis es muy sencillo. Es una planta muy resistente que sobrevive en prácticamente cualquier clima. Nos encontramos variedades autóctonas en zonas tan dispares como la alta montaña, el trópico e incluso en latitudes frías como Siberia en el caso de las Ruderalis.
No es una especie que requiera grandes cuidados, aunque nosotros se los damos para que a planta nos recompensé con grandes cosechas. Pero en ocasiones, el cultivador puede cometer una serie de errores involuntarios que hará de una tarea sencilla, una vida de llena de penurias para la pobre planta.
Un sustrato de calidad puede matar una planta de cannabis
Nunca nos cansaremos de repetirlo. Jamás se debe escatimar a la hora de conseguir un buen sustrato. Y un buen sustrato es aquel que principalmente posee una estructura esponjosa que permita una buena aireación de las raíces y evite encharcamientos.
Un mal sustrato puede traer consigo desde plagas, hasta hongos o enfermedades. E incluso materia orgánica todavía en descomposición. Una semilla o pequeña planta en esas condiciones, tiene más probabilidades de morir que en un sustrato de gran calidad.
Matar una planta por exceso de riego
La marihuana es una especie que consume grandes cantidades de agua. Pero en cambio no le gusta los encharcamientos constantes. Prefiere períodos de humedad, pero también períodos de menos humedad. Un error muy común en los principiantes, es regar sobre mojado.
Para regar bien, hay que hacerlo lentamente, dejando que el sustrato absorba el agua. Una vez el sustrato completamente empapado, el agua que añadimos irá saliendo por el drenaje de las macetas. No se debe volver a regar hasta que haya consumido gran parte de esa agua.
Regar poco también puede matar una planta
En el extremo opuesto al anterior, otro error común es regar una planta en muy pequeñas cantidades. También es común en los principiantes regar usando medios vasitos agua. Y de este modo corremos el riesgo de que si nos despistamos la planta se quede sin agua, se deshidrate y se muera.
Además, las raíces no se desarrollarán en aquellas zonas del sustrato que permanecen siempre secas. Como ya hemos comentado en el anterior punto, los riegos deben ser abundantes, que todas las raíces se puedan desarrollar en un sustrato humedecido y que toda la masa radicular tenga acceso al riego.
Usar abonos no apropiados
Se usen abonos líquidos para añadir al riego, o sólidos para usar en la mezcla del sustrato, asegúrate de que se trata de un abono apropiado para esta planta. Las necesidades de nutrientes son muy variables dependiendo de si la planta se encuentra en crecimiento o floración.
Los típicos abonos de plantas ornamentales suelen ser muy nitrogenados, por lo que será muy sencillo sobrefertilizar las plantas aún usando dosis bajas y matarlas. Y además en floración, estos abonos suelen presentar dosis más bajas tanto de fósforo como de potasio, por lo que los cogollos no engordarán como deberían hacerlo.
Abonar en exceso puede matar una planta
también es muy común tener prisa porque la planta crezca rápido. Esto nos lleva a usar más abonos de los que la planta puede asimilar. El resultado será una sobrefertilización que puede terminar debilitando la planta o incluso matándola.
Guíate por las dosis que recomienda el fabricante, comenzando siempre la mitad de lo recomendado. No consumirá la misma dosis de abono una planta de 30cm que un gran plantón de 2 metros. Llega a ser normal que las plantas ralenticen su crecimiento durante las dos primeras semanas de vida o tras un trasplante.
Y abonar poco también
La falta de nutrientes causa deficiencias en las plantas. La falta de uno sólo y dependiendo de cual sea, puede crear una reacción en cadena y afectar a la asimilación de otros. En estos casos la planta comenzará a mostrar dificultades para desarrollarse, sus hojas adquirirán un color amarillento, en ocasiones mostrarán quemaduras y finalmente se caerán.
Si la carencia es severa, la planta terminará muriendo. Usar abonos es imprescindible. Sean líquidos o sólidos de liberación lenta que pueden durar meses en el sustrato, en uno u otro momento la planta pedirá comida que debemos darle.
Matar una planta por una mala ventilación
En interior, las plantas de cannabis consumen grandes cantidades de CO2. En muy poco tiempo, llegarán a consumir todo el CO2 disponible. Por eso es necesario renovarlo con bastante frecuencia usando un extractor de aire, y en determinados casos también un intractor.
Además el calor que generan los sistemas de iluminación suben la temperatura del interior en ocasiones a lo que se considera por encima del límite. Las plantas en estas circunstancias corren siempre peligro. Así que al menos 15 minutos cada hora, conviene renovar todo el aire del interior por una fresca y cargado de CO2.
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Los desajustes del pH puede matar una planta
La gran mayoría de problemas de asimilación de nutrientes están relacionados con un desajuste del pH. Los nutrientes tal vez estén disponibles en el sustrato, pero la planta no es capaz de absorberlos por estar lejos del rango óptimo de asimilación.
En crecimiento a la planta le favorece un pH de 6.0 para una buena asimilación del nitrógeno. En floración en cambio un pH de 6.5 favorece la asimilación de fósforo y potasio. De cualquier modo, un rango de 6.0 a 6.5 permitirá a la planta disponer de todos los elementos que precise y cuando los precise.
Exceso de confianza
Existen varios tipos de cultivadores. Los observadores, los meticulosos… y los confiados. Estos siempre suelen detectar los problemas demasiado tarde, cuando en ocasiones una plaga o un hongo ya han infestado la planta, cuando la sobre-fertilización es severa, etc.
Realizar revisiones periódicas nos servirá para detectar cualquier posible fallo. Bien sea algún ataque de plagas u hongos, carencias o sobre-fertilizaciones. Tampoco se trata de revisar con lupa toda la planta, pero sí de dedicarle al menos 5-10 minutos al día a ver el estado general de las hojas.
Demasiado amor puede matar una planta
Un exceso de cuidados, puede ser fatal para la planta. Esto ocurre cuando el cultivador muy encima de las plantas, esperando a que así crezcan más deprisa. Este tipo de cultivadores no suelen ser capaces de estarse quietos y realizan podas, guiados o trasplantes a destiempo, interrumpen el foto-período nocturno para sacar fotos o esperar encontrarse a las plantas creciendo… El resultado entre otros, puede ser la muerte de la planta por estrés.